Libro

Cristina Sánchez-Andrade

La nostalgia de la Mujer AnfibioAnagrama, 2022

Hay algo en esta novela que desprende una sensación única de ubicuidad narrativa. Se trata de un espacio literario conformado por un don inusual para dibujar el imaginario galaico rural desde un prisma donde realismo mágico y terrenal se abrazan en un gesto inseparable. Tan admirable resultado es el que ha conseguido la escritora gallega Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) en “La nostalgia de la Mujer Anfibio”, novela en la que parte de una historia real, acaecida hace justo un siglo, cuando el 2 de enero de 1921 naufragó el vapor Santa Isabel en las costas gallegas.

Hasta doscientos muertos causó tan fatal acontecimiento, por otra parte, tan típico en la agresiva fisicidad marina que rodea los límites del fogar de Breogán. Sánchez-Andrade pincha la punta del compás en este hecho y, alrededor del mismo, orquesta una fábula con tres generaciones protagonistas, plagada de seres únicamente posibles desde el lado surrealista de la percepción documentalista de la ficción. Así es como surge el misterioso jipi Stardust. Este es uno de los figurantes más memorables dentro de tan medida hibridación entre leyenda y costumbrismo. De esto último, la autora compostelana bebe de forma directa en las formas fraguadas por Álvaro Cunqueiro, uno de los referentes más palpables a lo largo de la narración hipnótica propuesta por Cristina. De hecho, su sombra siempre se filtra en tan vívida demostración de fabulación popular nacida de un punto y aparte en la historia de las tragedias sufridas en la Galicia de comienzos del siglo XX. Una que aquí está retratada desde las entrañas vitales del medio rural. Cuadro idóneo para dotar de timón y brújula a un grupo de mujeres de Sálvora, donde se produjo el fatal accidente, con Lucha como epicentro de la acción dinamitada a lo largo de las diferentes generaciones encadenadas a este acontecimiento.

A través de este punto de partida, el texto avanza en torno a diferentes enclaves reflexivos, apuntalados por medio de la figuración estilizada del esperpento asociado a Valle-Inclan; sin duda, otra de las influencias más recurridas a la hora de encontrar los ingredientes que han servido de inspiración a una novelista con un magistral sentido del ritmo y los tiempos. Y es que la de Santiago de Compostela es capaz de sintetizar en 265 páginas un relato que bien podría haber firmado Jeffrey Eugenides (de haber nacido en las costas gallegas).

Dentro de un universo hilvanado de forma tan natural, Sánchez-Andrade dota de corazón y vida a unos personajes con los que empatizar resulta tremendamente sencillo. No hay resquicios ni grietas descriptivas en la concepción de personajes como Lucha o Jesusa. Son seres extraordinarios, pero no por lo excepcional que resultan sus acciones, sino por ser un reflejo constante de un caminar vital en el que poder reconocer a nuestros antepasados y ese cúmulo de vidas ancladas a la vida en el pueblo, ajena a los sentimientos globalizados de los habitantes de la gran ciudad. Porque, al fin y al cabo, lo que tenemos aquí es un ecosistema perfectamente cifrado de la evasión de las rutinas aceptadas y consensuadas en el entorno más reconocible de nuestro día a día. El mismo que tiene en estas heroínas en la sombra a sus diferentes llaves para entrar hasta las entrañas de los deseos reprimidos, los celos a tumba abierta y toda emoción humana retratada desde la combinación de humor hogareño y sinceridad sin cotos. ∎

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