Graham MacIndoe (Armadale, 1963) es un conocido fotógrafo editorial afincado en Nueva York que sorprendió con “Chancers. Addiction, Prison, Recovery, Love. One Couple’s Memoir” (Ballantine Books, 2016), un libro sobre su propia adicción y redención realizado junto a la escritora Susan Stellin. Mientras trabajaba en él, seguía inmerso en un proyecto a largo plazo con The National que de momento queda plasmado en el precioso libro-disco de edición limitada “The National. Light Years” (Cherry Tree, 2021) y en la exposición que podemos ver en Madrid.
La relación del fotógrafo y el grupo de Cincinnati viene de lejos, según explica: “Conocí a Scott (Devendorf) y Matt (Berninger) hace unos 22 años en Nueva York y me pidieron que fotografiara a la banda en ese momento. Para ser honesto, no hubo realmente un enfoque, solo estaba tomando fotos de amigos míos en una banda”. Esa ausencia de planes a futuro fue cambiando con el tiempo, aunque McIndoe asegura que esta obra “nunca se trató de entretenimiento” y que el libro “no es el final del trabajo, es solo una colección de parte del trabajo realizado hasta ahora recopilado en un solo lugar”.
Experimentado fotógrafo de conciertos, el escocés ofrece respuestas sencillas sobre su efectivo método en los fosos de salas y festivales: “Solo hago que funcione”, afirma, antes de explicar un poco más: “La iluminación siempre es diferente, los lugares son diferentes, el humo puede ser impredecible. Se trata de usar el ojo y esperar el momento adecuado”. Y no observa restricciones de libertad creativa entre su labor para imágenes promocionales o retratos del grupo –en los que casi siempre utiliza el color– y las fotos de directo: “Tengo tanta libertad creativa como necesito la mayor parte del tiempo. Es solo un estilo diferente. Retrato versus documental. De alguna manera, el retrato puede ser más fácil a medida que controlas más la situación”, asegura. En la exposición, llama la atención que no todas las imágenes se centran en The National; también las hay que ilustran lo que es girar con una banda: carreteras nocturnas o la visión de edificios con sus apartamentos iluminados. “Usamos mucho este tipo de imágenes en el libro para dividir las secciones. También fueron filmados para algunos de los vídeos de ‘Sleep Well Beast’ y para proyecciones en el escenario. Creo que hablan sobre la vida de las bandas y sobre la soledad de la vida en la ciudad; la gente que dentro de esas casas mira por las ventanas parece sola”.
Tampoco cree que que actualmente falten imágenes íntimas y reales de los grupos musicales: “¡Creo que hay más que nunca!”, exclama, con seguridad. “Muchas bandas tienen fotógrafos que salen de gira con ellos o son amigos que están a su alrededor tomando fotos”. Y discrepa con James Estrin, editor gráfico de ‘The New York Times’, quien dice que se puede resumir cualquier historia con entre tres y cinco imágenes: “No sería capaz de resumir este trabajo en tres fotos. Y no creo que Estrin tenga razón”.
Esto lo dice después de contar que esta exposición es la más grande que ha protagonizado hasta ahora. Se le ve visiblemente contento, aunque resulta parco en palabras. Es evidente que comunica más con las imágenes. “Light Years. The National” nos permite compartir momentos íntimos de la banda, ver sus ensayos, entrar en los camerinos y en el estudio de grabación. Tener otros puntos de vista, obtenidos con libertad absoluta para llegar al elemento más humano del proceso creativo y de una banda en gira. Todo tan limpio, tan bonito y tan sencillo que a veces parece irreal. ∎