
El primero de los dos largometrajes de Iván Zulueta es una consecuencia del programa de televisión ‘Último grito’, presentado por José María Íñigo, que Zulueta había dirigido el año anterior. Con un pionero sentido del clip musical, influenciado por Richard Lester y Frank Zappa, y pasado por su particular universo psicodélico y delirante, Zulueta agita la modernidad yeyé con un espíritu iconoclasta y underground. El argumento es un disparate, en la música original participan Vainica Doble, José Luis Borau hace de profesor y las canciones a las que se ponen imágenes pertenecen a grupos como Pop-Tops, Los Ángeles, Fórmula V y así.

La película de James Whale en tres minutos, filmada directamente de la televisión, usando la filmación fotograma a fotograma, como antes había hecho con “King Kong”. Los mitos redibujados con el Super-8.

Un collage onírico y psicodélico que muestra el mundo interior y exterior de Zulueta. Cine de artesanía y pasión, hecho con un Super-8 y los elementos de alrededor: el sol desde la ventana, la calle desde el apartamento, un blandiblup, discos de Brian Eno y David Bowie en el plato y el alter ego de Iván, Jim Self, casi fantasmal. Imaginación infinita y una capacidad evocadora que desarma. Uno de los mejores momentos de esa fastuosa obra en Super-8 que aún está por difundir (“Mi ego está en Babia”, “Aquarium”, “El mensaje es facial”...).

Un salto a la cámara de 16 mm, por primera vez, antes de acometer “Arrebato”. Travestismo, amenaza y transfiguración con elementos visuales frecuentes en Zulueta, desde las interferencias en el televisor hasta los objetos inquietantes que se mueven solos, con la velocidad de la filmación entrecortada. El efecto especial casero que transporta al más allá.

Un intento de restablecer una continuidad después de “Arrebato”, con un capítulo televisivo de media hora para la serie “Delirios de amor”. Un críptico argumento hecho de infinitas duplicidades e imágenes reflejadas, protagonizada por dos gemelas (Chupa Mëlla y Viola Mëlla), con Marisa Paredes, Eusebio Poncela y Marta Fernández Muro. En 1992, el capítulo “Ritesti”, de la serie “Crónicas del mal”, se convierte en su último trabajo hasta el momento. ∎
Un mundo en carteles.
Las portadas de discos.Carteles
Desde pequeño ideaba sus propios carteles de películas y luego lo hizo con sus dos largometrajes: “Un, dos, tres, al escondite inglés” (1969) y “Arrebato” (1979). Además ha diseñado afiches para películas muy significativas del cine español, siempre con un estilo inonfundible. Llevan su sello los carteles de “Furtivos” (José Luis Borau, 1975), “Viridiana” (para el estreno en España del filme de Luis Buñuel en 1977) y “El corazón del bosque” (Manuel Gutiérrez Aragón, 1978), así como los de tres películas de Pedro Almodóvar: “Laberinto de pasiones” (1982), “Entre tinieblas” (1983) y “¿Qué he hecho yo para merecer esto!” (1984). Más recientemente, Zulueta ha firmado los de “Ataque verbal” (Miguel Albaladejo, 1999) y “Leo” (José Luis Borau, 2000), y los de las reposiciones de “La jungla de asfalto” y “Solo ante el peligro”.
Portadas de discos
Absorbido por la cultura del rock desde los sesenta, Zulueta hizo también unas cuantas portadas de discos, entre las que destacan las de los LPs de Vainica Doble “Vainica Doble” (1971), “Contracorriente” (1976) y “El eslabón perdido” (1980), y la del álbum homónimo de Brakaman (1977).
Polaroids
En 2002 presentó en la Galeria DV de San Sebastián algunas en formato grande. Ahora prepara para la próxima primavera una exposición de fotos polaroid en La Casa Encendida de Madrid. Unas imágenes que fue haciendo durante los años noventa: “Un ‘work in progress’ –dice Zulueta– que nunca he sabido qué destino tenía. Algunas forman historias según cómo las colocas, pero con una forma narrativa muy abierta. La exposición se llamará ‘Mientras tanto’”. ∎

El libro escrito por el crítico cinematográfico Carlos F. Heredero y publicado por el Festival de Alcalá de Henares es un minucioso y meritorio trabajo cuyo objetivo fue poner orden y buscar significados en la hasta entonces dispersa obra cinematográfica de Iván Zulueta. Contiene un detallado seguimiento a todos los trabajos del director vasco, incluso los desaparecidos o los nunca materializados, y desvela las claves del carácter insólito de su cine.

La iniciativa del centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián marcó el regreso a la luz pública de Zulueta, tras muchos años de reclusión, con una exposición antológica (en ambos sentidos) de dibujos, carteles, collages, recortes y objetos diversos del artista. El catálogo correspondiente es un bellísimo libro cargado de obra gráfica, fotos privadas, recuerdos y revelaciones y que incluye una entrevista de Begoña del Teso, la primera que concedió Iván en muchísimos años. Un baúl de creatividad que impresiona.

Documental en vídeo dirigido por Andrés Duque, un joven venezolano que quedó impresionado cuando vio “Arrebato” y no paró hasta que consiguió entrar, con todo respeto y la devoción justa, en la casa del autor. En perfecta sintonía con el mundo de Zulueta, entre la evocación y la revelación más íntima, “Iván Z” aparece bañada por la melancolía y el desencanto para mostrar sin tapujos al Iván de hoy, quien filma unos planos con la cámara de vídeo por primera vez en muchos años. ∎