Qué vida la de Little Richard. Es imposible aburrirse con su historia. Nacido en 1932 en Macon –un pueblo de Georgia, Estados Unidos– bajo el nombre de Richard Wayne Penniman, en el seno de una familia de clase media-baja, fue el tercero de doce hermanos. Destacó desde muy temprano por un temperamento chispeante y revoltoso, pésimo estudiante pero con un don natural para entretener a los demás. Sus escarceos homosexuales a muy temprana edad y su personalidad hiperactiva provocaron que con solo 15 años sus padres lo pusieran de patitas en la calle y tuviera que buscarse la vida cantando por los bares de su región, donde muy pronto se haría un hueco como parte de diferentes bandas de rhythm’n’blues, ya como Little Richard.
Su talento inconmensurable y sus conciertos incendiarios no dejaban a nadie indiferente, y el boca a boca se fue extendiendo como la pólvora por el circuito de clubes de Nashville. Pero no sería hasta 1955, con el lanzamiento de “Tutti Frutti”, mientras aún trabajaba como friegaplatos, cuando la fama y el dinero llegaron en grandes cantidades. El resto, como suele decirse, es historia.
La contradicción sería compañera a lo largo de toda su vida, debatiéndose entre la fe religiosa y el amor por la música, el góspel y el rock, luchando contra sus impulsos sexuales y su personalidad volcánica, los remordimientos y sus ansias por vivir al máximo. Pero nada de ello impidió que, con su carrera repleta de éxitos, allanara el camino para que el rock’n’roll se convirtiera en la música popular de la segunda mitad del siglo XX e influyera en los más grandes artistas de los últimos sesenta años.
James Brown lo idolatraba, y la intercesión de nuestro hombre sería crucial en sus comienzos. Jimi Hendrix tocó en su banda antes de convertirse en el guitarrista más influyente de la historia del rock. The Beatles lo adoraban y lo acompañaron como grupo telonero en varios de sus conciertos en Inglaterra y Alemania. Ike Turner componía sus canciones para Tina Turner pensando en él. The Rolling Stones, The Monkees, Otis Redding… Todos tuvieron a Little Richard, autoproclamado “rey y reina del rock’n’roll”, como una de sus principales influencias. Así de grande es su huella en la música popular.
Mark Ribowsky (Nueva York, 1951), autor de “La extraordinaria vida de Little Richard” (“The Big Life Of Little Richard”, 2020; Libros Cúpula, 2023), es uno de los biógrafos más prolíficos de la actualidad. Artífice de más de treinta títulos sobre artistas como Phil Spector, The Supremes o Stevie Wonder, entre otros, ha escrito para publicaciones como ‘Penthouse’, ‘Playboy’ o ‘SPORT’, además de aparecer en numerosos programas de televisión, radio e internet. Este libro apareció originalmente poco después del fallecimiento del músico en mayo de 2020.
El autor encara el texto con solvencia, incidiendo muy especialmente en la primera mitad de la vida del biografiado y despachando la segunda –de 1970 en adelante, ¡cincuenta años!– en menos de cuarenta páginas. Teniendo en cuenta los estándares actuales, con sus poco más de doscientas páginas, este resulta un libro breve pero muy entretenido y es perfecto para adentrarse por primera vez en la asombrosa e intensa historia de Little Richard. Quienes prefieran un trabajo más completo y exhaustivo, acudan a “Oooh, my soul!!! La explosiva historia de Little Richard” (Penniman Books, 2008), la biografía autorizada, escrita por Charles White. ∎