Nacido en París en 1986, de madre venezolana (diplomática) y padre chileno (escritor), Miguel Bonnefoy se alzó con el Gran Premio de Novela de Academia Francesa con “El sueño del jaguar” (“Le rêve du jaguar”, 2024; Libros del Asteroide, 2025; traducción de Regina López Muñoz), culminación, por ahora, de una obra que ya atesora títulos tan recomendables como “Azúcar negro” (2017), “Herencia” (2020) y “El inventor” (2022).
Entre la ficción y su reverso –gran parte del volumen tiene como base la historia familiar del autor–, el libro es una historia extraordinaria que empieza cuando una mendiga muda de Maracaibo encuentra a un recién nacido abandonado a las puertas de una iglesia. Es Antonio, un personaje bigger than life cuya vida empieza en la más absoluta pobreza –vendedor callejero, mozo de burdel, estibador– y que terminará convirtiéndose en uno de los cirujanos más importantes de su país.
Con una escritura fina y desbordante –las referencias al mejor García Márquez no son, en este caso, mera estrategia de marketing–, Bonnefoy desarrolla un grandioso lienzo tropical entrando y saliendo de los vericuetos familiares y de los acontecimientos que van marcando el devenir del país bolivariano. El libro, dividido en cuatro actos –Antonio, Ana María, Venezuela (la hija de ambos) y Cristóbal, el último eslabón de la saga que echa el cierre al relato–, avanza entre acontecimientos prodigiosos, amores y desamores más fuertes que cualquier adversidad acontecida, casualidades casi mágicas y los turbulentos vaivenes sociales y políticos de la meca del petróleo.
Poco más de 260 páginas que encapsulan con energía y delicadeza todo un mundo gigantesco que se va abriendo, entre el asombro y la fascinación, a partir de un núcleo familiar que es, también, el espejo de un país. Una maravilla. ∎