Serie

This Town

Steven Knight(miniserie, Movistar Plus+)
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Música. Familia. El IRA. Adicciones. Religión. Gánsteres. Skins. Cójanse estos siete elementos –pueden añadirse algunos más–, mézclense con mucho criterio y se tendrá a grandes rasgos lo que es “This Town” (2024), la serie creada, escrita y producida por Steven Knight para la BBC.

¿Su tema es la música en la Inglaterra airada de 1981, en los barrios más castigados de Birmingham y Coventry, dos ciudades separadas por 30 kilómetros de distancia? Cierto, ya que sus dos personajes principales quieren montar un grupo musical. ¿Es un relato sobre el conflicto entre Irlanda y el dominio británico? Sí, uno de los dos jóvenes protagonistas es hijo del líder de la célula del IRA en Coventry, y uno de los temas más importantes en la serie es la manera en que manipula al joven y lo obliga a participar en sus actividades terroristas.

¿Qué papel juega la familia? Fundamental. Al principio creemos que se trata de dos núcleos familiares distintos, el de Coventry (con Bardon, el chico blanco que toca la guitarra, canta, quiere estudiar, no comulga con el IRA e intenta mantener a flote a su madre, alcohólica y yonqui) y el de Birmingham (con Dante, joven mestizo, bastante naíf, no problemático, que ni bebe ni fuma y aún es virgen, tiene el corazón roto a causa de una muchacha, escribe poesía, escucha a Leonard Cohen y Bob Dylan, no conoció a su madre y vive con su padre exalcohólico). Pero antes de concluir el primer episodio con la muerte de la abuela de Bardon, descubrimos que este, Dante y su hermano Gregory –un excriminal alistado en el ejército y destinado a Belfast– son primos. Previamente se nos había dado un indicio de esa alianza sanguínea en sus respectivas primeras apariciones en la serie, secuencias que concluyen con los tres fascinados de idéntico modo por el canto de los pájaros al salir el sol. 

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Gánsteres –el mafioso local, propietario de un club a punto de reabrir sus puertas como sala de conciertos, para quien Gregory rompía cabezas antes de encontrar una válvula de escape en Belfast–, skins –colocados como violento contrapunto y disputa cultural–, adicciones –constantes y de casi todos los personajes, aunque en mayor o menor grado– y religión –el padre de Dante ofrece sermones en la iglesia e intenta ayudar a los adictos– suman a la causa argumental de una serie que es muchas cosas al mismo tiempo, y siempre bien perfiladas e imbricadas entre sí.

Establecer una pauta de comportamiento en la obra de Knight es casi imposible, de modo que “This Town” no es una sorpresa, sino un giro más en su carrera. Firmó el guion de “Promesas del Este” (David Cronenberg, 2007) y de dos seudo biopics de Pablo Larraín, “Spencer” (2021) y “María Callas” (2024). Ha dirigido dos películas antitéticas –la expansiva “Redención” (2013) y la claustrofóbica “Locke” (2013)–, y en el medio televisivo es responsable de una serie muy personal, “Peaky Blinders” (2013-2022), emparentada con “This Town” en su retrato de los tejidos familiares y de una determinada criminalidad, y de “Taboo” (2017), una cruda aventura naviera de época que creó junto al actor Tom Hardy y el padre de este, Chep Hardy.

La actual serie de Knight deja en sus seis episodios un reguero de certezas políticas, ya que el IRA y la fuerza policial inglesa actúan de manera muy parecida: Gregory, de regreso de Belfast por su evidente inestabilidad psicológica y coincidiendo con el funeral de la abuela –el hecho que lo conecta todo inicialmente–, es obligado a espiar a los miembros de su familia, mientras que Bardon tiene que participar en las actividades de la organización terrorista pese a que solo desea terminar sus estudios y hacer música. No hay demasiada diferencia entre la paliza policial al padre de Dante y el chantaje emocional que Bardon recibe por parte de una inflexible agente del IRA. En esta tesitura dramática, el papel de Dante es distinto y más complejo. Su gran dilema es que sabe escribir pero no cantar, por lo que, para realizarse artísticamente, necesita la voz de su primo y las melodías que compone la simpática Jeannie. Hacia el final de la miniserie se les une una baterista heroinómana, una muesca de dureza punk al ideario musical de este grupo que nunca acaba de concretarse debido a las circunstancias políticas, familiares y sociales que jalonan el relato y torpedean su proyecto común.

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Dante y Bardon no saben al principio lo que es el rocksteady y apenas escuchan ska. Pero la música juega un papel fundamental, algo normal teniendo en cuenta el contexto de los personajes y la trama de la creación de una banda. Esta misma idea es un factor dramático: Bardon quiere convertirse en un músico famoso porque piensa que de este modo los del IRA lo dejarán en paz; Dante, por su parte, quiere alcanzar la fama como ejercicio de superación para sortear los infiernos a los que parece abocado. Se suceden temas de Byron Lee And The Dragonaires, UB40, Jimmy Cliff, Desmond Dekker, The Meters, The Specials, Bob Marley, Toots And The Maytals y más bandas de acento jamaicano, y otros más clásicos o de pop y rock, como The Velvet Underground, The Animals, Ray Charles, Leonard Cohen, Tom Jones, Siouxsie And The Banshees, Blondie y Talking Heads. El soundtrack es bueno, pero mejor resulta el sentido dialéctico de determinadas canciones. Por ejemplo, el conflicto entre padre e hijo es expresado a través de los temas distintos que ambos cantan al mismo tiempo y cada vez más fuerte, Bardon el “You Can Get It If You Really Want” en versión de Desmond Dekker, y Eamonn, su padre, una balada tradicional irlandesa. El momento más emotivo de la serie se produce durante el funeral de la abuela, cuando Estella, su hija y madre de Bardon, aparece borracha en la iglesia, desafía a los asistentes –ella, que ha sido repudiada y expulsada de la comunidad por el IRA tras irse de la lengua– y canta a capela “Over The Rainbow”, logrando una extraña comunión entre todos gracias al estándar de Harold Arlen y Yip Harburg. “House Of The Rising Sun” de The Animals cose tres momentos en paralelo que son decisivos para los tres primos. Eamonn declara su amor no extinguido a Estella cantándole en el contestador telefónico otra balada irlandesa, como el Joker le canta por teléfono a Harley Quinn el “Ne me quitte pas” de Jacques Brel en versión inglesa en “Joker. Folie à deux” (Todd Phillips, 2024). “Clampdown” de los Clash suena mientras Gregory propina una paliza a los tres skins que habían golpeado brutalmente a su hermano, aunque solo vemos las siluetas de los cuatro individuos desde dentro del bar, a través del gran y sucio ventanal frente al cual está sentada la imperturbable Jeannie, alma en la sombra del relato. ∎

Conflicto de intereses: la vida y nada más.
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