Úrsula murió nada más nacer un 11 de febrero de 1910 y volvió a ver la luz el mismo día pero en otra vida. Esta es la premisa con la que parte la brillante miniserie “Una y otra vez (Life After Life)” (2022; en España, 2023), basada en el superventas de Kate Atkinson y dirigida por John Crowley para BBC Two. Una obra que sorprende por varios motivos, siendo el principal, además de la belleza de algunas de sus imágenes, basarse en la teoría del eterno de retorno de Nietzsche, quien afirmaba que el mundo se repite una y otra vez.
“¿Y si pudiéramos volver y vivirlo todo de nuevo?”, pregunta el hermano de Úrsula a su hermana justo antes de partir para la guerra, “¿cómo lo harías?”. La primera respuesta a esta cuestión la descubriremos ya durante el primer episodio: intentaría sobrevivir. Porque Úrsula muere incontables veces, aunque forma parte de una adinerada familia que vive en un entorno privilegiado, una mansión en el campo. A pesar de ello sufrirá ahogamientos, caídas, la gripe española, accidentes de coche, asesinatos; muertes que irán provocando que Úrsula deba nacer una y otra vez –no se sabe si como castigo o como bendición– en el mismo lugar y momento, esa noche nevosa de 1910. Pero no estamos ante una serie propiamente sobre reencarnaciones, ni ante una comedia tipo “Atrapado en el tiempo” (Harold Ramis, 1993) o “Russian Doll” (Natasha Lyonne, Amy Poehler y Leslye Headland, 2019-2022). Hay un claro sustrato dramático, ya que la protagonista, interpretada por distintas actrices en distintos momentos de su vida, sufre un constante déjà vu que la atormenta, tiene miedos irracionales como fobia al agua por haberse ahogado en una vida anterior y no recuerda todas estas existencias previas. Únicamente conserva un conocimiento intuitivo, fragmentado, que la obliga a hacer cosas sin saber por qué, como cuando empuja a su criada por la escalera desconociendo que de este modo esta no irá a Londres y no se contagiará de gripe española. Posee así una memoria pretérita que recuerda a la teoría del engrama del biólogo Richard Semon, quien descubrió que los organismos guardaban memoria de experiencias de otros especímenes anteriores. Y esto es lo que hace Úrsula, aprende de la experiencia de sus otras vidas para sobrevivir.