Grupo seminal del rock psicodélico y la vanguardia turca, BaBa ZuLa es actualmente un cuarteto liderado por Murat Ertel –cantante, saz eléctrico, guitarra, theremín, percusión– y Levent Akman –batería y todo tipo de percusiones, acústicas y electrónicas–, ambos miembros fundadores en 1996 de una banda que se ha convertido en el mejor nexo de unión entre los padres del rock anatolio –Erkin Koray, Baris Manço o Mogollar– y miembros insignes de la música europea como CAN, con cuyo batería Jaki Liebezeit colaboraron en varias ocasiones, o Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten), que fue el protagonista y cicerone de la célebre película “Crossing The Bridge. The Sound Of Istanbul” (2005), dirigida por Fatih Akin, en la que muestra su fascinación por los sonidos de la ciudad y en cuya banda sonora BaBa ZuLa aportan un par de temas. Ertel también es un gran fan del dub, lo que ha llevado al grupo a tener una estrecha relación con Mad Professor.
A todos esos mimbres añaden en su nuevo disco “Istanbul Soklakari” (Calles de Estambul) una voluntad de rescatar, a su manera, las formas de la música clásica turca conocida como taksim o taqsim, una improvisación instrumental introductoria que precede a las composiciones tradicionales. Así, de los ocho temas que incluye el álbum solo tres son largas jams, el resto busca explorar, en piezas breves de dos y tres minutos, esas variaciones, sustituyendo los instrumentos acústicos originales por sintetizadores. En el inicial y explícito “Istanbul Express Divan Taksim” una voz de ferroviario introduce un modo en el que atmosféricos teclados y ruidos de fondo son sobrevolados por un melancólico saz, navegando entre ambient y música folk oriental. En “Çarşi Pazar Bağlama Taksimi” siguen el mismo método: voces callejeras, sonidos ambientales, borbotones sintéticos y el lamento del saz. En “Bosphorus Cura Taksim” son bocinas de barcos y gaviotas los que se entrelazan con el imprescindible saz, en un paisaje sonoro de reminiscencias otomanas, y “Pisi Pisi Halayi” es otro apunte impresionista, pero en este caso teñido de ritmo, con beats electrónicos bailables cohabitando con un saz distorsionado. Y el cierre, “Güzel Bahçe Taksimi”, vuelve a cruzar ambient electrónico sombrío con saz evocador.
La chicha realmente consistente, la que contribuye a reforzar la mitología del grupo, más allá de estos apuntes experimentales, se halla en “Arsiz Saksağan”, una diatriba contra el capitalismo global y contra su propio gobierno, que encarcela sin miramiento a los opositores, servida por las voces de Murat y de su pareja Esma Ertel, que más que cantar se lamentan con voces llenas de delays, uniéndose al groove que proporciona un bailable ritmo electrónico, sobrevolado por un atmosférico punteo de saz, de marcado carácter lisérgico, y una omnipresente línea de bajo.
De la protesta apta para la pista de baile pasan en “Yok Haddi Yok Hesabi” a mostrar toda su grandeza en once minutos que rememoran el folklore anatolio, vía el indispensable saz, a la vez que convierten la parte vocal en lo que podría ser el equivalente de los Meridian Brothers en turco, antes de introducirse en una explosión psicodélica en la que la distorsión campa a sus anchas, sin dejar de estar anclados en un mood medio oriental por el que transitan la voces de Esma y su esposo, en estado de trance, sobre una jam que firmaría el mismísimo Hendrix; esto si que es rock ácido, pero a la manera turca y sin dejar de guiñar el ojo a todo lo aprendido de los prebostes del kraut.
Después de un estallido alucinógeno tan inapelable, rematan la faena con “Yapraklarin Arasindan”, otro largo tema en el que combinan las enseñanzas del dub aplicadas a lo anatolio, incidiendo de nuevo en un clímax instrumental en el que la distorsión va de la mano de los beats, de lo repetitivo aprendido del “Hallogallo” de Neu! y de una spoken poetry de la pareja servida con voces que son entre susurrantes y de ultratumba, huyendo de cualquier atisbo de revivalismo para convertirse en unos músicos que, respetando su tradición, saben ser plenamente contemporáneos.
Para los no iniciados en la obra de BaBa ZuLa, con una docena de álbumes disponibles en streaming, recomendamos también encarecidamente su anterior álbum de estudio, “Derin Derin” (2019), otro artefacto lisertrónico-anatolio publicado igualmente por Glitterbeat, del que en su día publicamos la oportuna reseña en RDL. ∎