EP

.bd.

Economato textilHumo Internacional, 2025

En su segundo EP, de estética visual notablemente stereolabera y compuesto de tres piezas largas y otra cortita, este sexteto madrileño de nombre ambiguo (se rumoreaba que podría ser una referencia al bidé, recipiente sanitario por antonomasia, aunque la inscripción “bar disco” quizá disperse la confusión) trepa hasta lo más elevado de la escena alternativa nacional a la vez que se condenan inmediatamente a inescapables y fatigantes comparaciones con Black Country, New Road (como tantas otras bandas recientes: Candelabro, Racing Mount Pleasant, etc.). La influencia está ahí, algo que ellos mismos admitirían, pero es un sonido bastante más multifacético que obviamente incorpora las divergentes inquietudes musicales de sus varios miembros (y suena más orgánico-sincero que meramente emulativo).

En el melodicismo de “Ahora sí”, que logra un dinámico balance entre lo cálido y lo triunfal, es indiscutible el saborcillo midwest emo; hay además gran diversidad, sagacidad y gusto en la gestión de las guitarras –rasgueos, arpegios, punteos lacerantes– y sus interacciones semánticas con los fraseos cíclicos del saxofón. Tanto en esa canción como en la metafórica “hemos roto los espejos”, quizá de energía más deshinchada y tono más paseístico, atravesamos preciosos pasajes instrumentales que recuerdan la vertiente más ensoñadora del post-rock sin ser propiamente categorizables bajo ese género. Por su parte, “Cien y cientos”, corte donde se satura un poco la producción otramente limpia y cumplidora, contiene arrebatos de math-pop y amables inyecciones shoegazeras que probablemente en directo constituyan intensos muros de ruido (especialmente su apoteósico tramo final). Puede que la perla oculta del set sea la menos cargada “Mengarai”, giro inesperado de espíritu más folklórico (no por nada está inspirado en una localidad rural) donde una base minimalista y acústica va acogiendo capas: voces suspirantes, beats digitales, sintetizadores. Es en esa pieza donde brilla especialmente la visión poética y voz característica de Marta Fernández, en cierto sentido el alma conectora entre las cuatro composiciones.

El cancionero es indudablemente superior, en cuanto a ingeniería sónica, calidad lírica y creatividad compositiva, a su primer puñado de temas “sala/pasos/perdidos” (2022), que si bien resultaba entrañable, revelaba a una formación todavía en búsqueda de su sentido. Al tratarse de un grupo bastante novel y todavía en proceso de filtración de influencias, no podemos decir que “Economato textil” consolide de forma definitiva su identidad, pero sí pavimenta con más contundencia, elegancia y vitalidad el camino que van a seguir .bd. ∎

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