Álbum

Big Joanie

Back HomeDaydream Library Series-Kill Rock Stars, 2022

A veces las canciones aparecen disfrazadas”, escribe Bob Dylan en una de las entradas del reciente “Filosofía de la canción moderna”. “Una canción de amor puede esconder otras muchas emociones, como la ira o el resentimiento”, añade el Nobel errante. En realidad, el de Duluth se refiere a “I’ve Always Been Crazy”, de Waylon Jennings, pero sus palabras le sientan como un guante a “Back Home”, el segundo disco de Big Joanie. Porque lo de Stephanie Phillips, Estella Adeyeri y Chardine Taylor-Stone es puro punk disfrazado de otra cosa. “Sistahs” (2018) con vestuario renovado pero idéntica mordiente. El espíritu riot grrrl abriéndose camino con disimulo a través de unas canciones moteadas de sintetizadores, cajas de ritmos y zumbidos philspectorianos.

Así, donde antes había disonancias, estructuras retorcidas, guitarras zulú a lo Slits y cierta mala uva experimental, las británicas corren ahora un tupido velo para estrenarse en Kill Rock Stars con un disco engañosamente pop y accesible. Un álbum que arranca con las revoluciones contenidas y tanteando el terreno de “Cactus Tree” y acaba empalmando glorioso pop sixties y espasmos post-punk. Basta con pegar la oreja a la fogosa “Happier Still”, con ese feroz diálogo entre guitarra y batería y esa melodía chiclosa, para entender por dónde van los tiros.

La maniobra, es cierto, es similar a la que ha llevado a Special Interest a firmar el estupendo “Endure” (2022), pero en el caso de Big Joanie se traduce en maravillas como “In My Arms”, algo así como una carambola a tres bandas entre Sleater-Kinney, las Ronettes y Alabama Shakes. Tres maneras aparentemente diferentes y casi opuestas de entender la música popular que las londinenses compactan y trituran en unas canciones repletas de ecos, guitarras melladas y furiosas, bucles que a ratos incluso recuerdan a los primeros LCD Soundsystem y letras que exploran la noción de hogar desde casi todos los frentes posibles. Casas en las que vivir y refugiarse; espacios físicos y mentales en los que desplegar artillería sonora, estribillos saltimbanquis (“Taut”) y ritmos quebrados entre sintetizadores y centelleos de cuerdas (“Confident Man”).

Se mire por donde se mire, “Back Home” es desgarro punk de amplio espectro y pop atravesado por líneas de bajo de presencia majestuosa y la voz humeante de Stephanie Phillips; una vuelta de tuerca a la marca de fábrica de Kill Rock Stars que no debería tener demasiado difícil revivir el impacto que tuvo la publicación de “One Beat” de Sleater-Kinney hace justo dos décadas. Por ahí, ya ven, anda el asunto. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados