Álbum

Boris

WSacred Bones-Popstock!, 2022

El trío japonés Boris es una de las formaciones más interesantes y prolíficas del rock y el metal experimental internacional. Siempre sorprendentes, cada nuevo disco es una aventura en la que su propuesta se muestra una y otra vez valiente y sin ataduras. Su discografía requiere dedicación y atención por parte de quienes les seguimos. Como es lógico, entre tanta creatividad hay lugar para lo inspirado y lo no tan acertado, pero en los últimos años cada lanzamiento es una agradable sorpresa.

Si en su anterior disco, “NO” (2020), exploraban su lado más salvaje y brutal inspirándose en la primera ola del hardcore japonés, este nuevo “W” (unidos, los dos títulos forma la palabra “Now”) ofrece una perspectiva radicalmente opuesta. El repertorio de aquel terminaba con “Interlude”, un corte ambiental con un título que ahora se entiende mejor, ya que –aunque parecía fin de trayecto a tanta velocidad desbocada– en realidad ha resultado ser nexo necesario con este. Y es que la melodía de aquella canción que ponía punto y final a “No” recorre todo el minutaje de “I Want To Go To The Side Where You Can Touch…”, puerta de entrada a este nuevo capítulo en la extensa discografía de los tokiotas –más de treinta largos entre discos de estudio, directos y colaboraciones con artistas como Sunn O))) o Merzbow–. A partir de este inicio, Boris nos somete a una espiral de ambient noise con parada en el space rock, el sludge y el doom.

“Icelina”, segundo corte del álbum, comienza con una guitarra rasgada con sutileza. La voz de Wata, cantante y multinstrumentista, aparece con un susurro. Son cinco minutos de placidez y ensoñación que preceden a “Drowing By Numbers”, una especie de dub oscurísimo. Tras esto, “Invitation” retoma la senda del space rock para dar paso a “The Fallen”, una bofetada instrumental en mitad de tanta placidez; repleta de guitarras ardientes que los colocan de nuevo en un terreno más familiar para el trío, el del sludge vía Melvins, termina desembocando en una bacanal de noise.

La furia resulta ser un espejismo. “Beyond Good And Evil” es algo parecido a una balada metal con la que tras el desparrame brutal de “The Fallen” vuelven a la contención, y alberga algunos de los minutos más inspirados del disco. Después, la primera parte de “Old Projector” podría pasar por un pasaje eléctrico en alguno de los discos más recientes de Godspeed You! Black Emperor, pero termina por transformarse en otro pepinazo de metal de riffs pesados y querencia doom que se interrumpe de manera abrupta dando paso a “You Will Know (Ohayo Versión)”. Durante su primer minuto, hasta que aparecen la batería y la voz, recuerdan aquí el torrente de placidez ambient de Stars Of The Lid. Hasta completar los más de nueve minutos que dura, les da tiempo a desarrollar el formato canción y desquitarse con una larga improvisación de electricidad en largas notas. “Jozan”, último corte, es más una anécdota. Parece un breve fragmento de alguna improvisación con protagonismo para la guitarra con slide, y echa el cierre sin pena ni gloria.

“W” es muy probablemente el trabajo más ambiental del trío hasta hoy, y supone otra muestra de la constante búsqueda de nuevos espacios sonoros que guía la carrera del trío nipón. Un capítulo más en una de las discografías más interesantes del rock de riesgo de la actualidad. ∎

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