“Lucky For You” se anuncia como un disco especialmente personal para Bully, antaño banda y desde 2020 proyecto en solitario de Alicia Bognanno, pero es también uno en el que esta gran revivalista nineties ha pasado de autoproducirse a dejar esa labor en manos de J. T. Daly (Pvris). Durante largo tiempo, además: nueve meses, el período de gestación más largo de un disco de Bully hasta la fecha. Pero no sufráis, fans originales. Esos pequeños detalles no conllevan la pérdida de un ápice de la frescura y la energía que han caracterizado al proyecto desde los días de “Feels Like” (2015), cuando saludamos la llegada de una notable heredera de emblemas alt-rock como Juliana Hatfield o Tanya Donnelly.
Simplemente, el viejo sentimiento puede transmutar ahora en formas sónicas inesperadas (o no tanto). El groove juguetón de “Hard To Love” invita a pensar que Bognanno fue fan del Beck de “Odelay” (o de los Dandy Warhols de “Welcome To The Monkey House”, todo sea dicho). A la altura de “How Will I Know” (no es versión de Whitney Houston) podríamos llegar a pensar que estamos ante un extracto del disco grunge perdido que Christina Aguilera grabó al principio de su carrera. Es un hit considerable, entre otras cosas por el tremendo “call and response” que Bognanno establece consigo misma. En “A Love Profound” alterna también entre diferentes versiones de su propia voz, en este caso todas dulces y/o sugerentes.
A nivel temático, “Lucky For You” es, a pesar de toda esta energía, que diría Crepúsculo, un disco cargado de muerte y pérdida. Bognanno no sabe vivir sin su perra Mezzi y lo deja más que claro en varios temas, sobre todo un primer single, “Days Move Slow”, compuesto poco después del día fatídico: “Estoy viviendo en el mismo agujero negro / Pero hay flores de tu tumba que están creciendo”, canta en el estribillo de un tema entre My Bloody Valentine (esos coros) y, sobre todo, un pop-rock muy primeros dosmil. El luto persiste en “A Wonderful Life”, con algo de una Sheryl Crow rabiosa: “Quiero a mi pequeña de vuelta / Si me preguntas, creo que se ha ido demasiado pronto”. Y parece resonar en la citada “A Love Profound”, centrada en una ausencia que, de nuevo, podría ser la de Mezzi.
También su colaboración con Soccer Mommy, “Lose You”, llega cargada de pesar: es lo que Roman Roy de “Succession” llamaría un ejercicio de preluto, el lloro por un adiós todavía no producido. Y justo después, en “Ms. America”, Bognanno se marca una elegía por la descendencia que no ha tenido ni tendrá. “Todo lo que quería era una hija / Hacer lo posible por educarla bien / Pero el mundo entero está ardiendo / Y no quiero enseñar a una niña a luchar / Por ti y por mí también”. La misma rabia, pero expresada con más fiereza, resurge inmediatamente después en la punk “All This Noise”: “Jesús no salvará a los osos polares o detendrá el derretimiento del hielo / Pero te dará una excusa para avergonzar y decidir sobre nuestros cuerpos”. Definitivamente, es un disco (otro) en el que su autora se abre en canal. ∎