Álbum

Califato ¾

La contraçeñaBreaking Bass, 2021

Lo han dejado escrito en la página del disco en Bandcamp: “Grabado con el mismo espíritu de los anteriores”. Y es cierto. El nuevo álbum de los Califato ¾ mantiene el espíritu aventurero que ya les conocíamos, reinterpretando la tradición musical andaluza (y andalusí) de ayer y de hoy.

En la portada (diseñada por el artista extremeño Rorro Berjano) encontramos ya algunas de las claves y los personajes que de un modo u otro aparecen a lo largo de estas trece canciones. Carmen Porter, José Verdú “El Penunbra”, Silvio, los pasos de la Semana Santa sevillana… todo un batiburrillo cultural. Material de primera para una comparsa carnavalera que ellos hacen suya a golpe de genialidad.

En lo estrictamente musical, toman inspiración confesa de fuentes como la cantante egipcia Nadah El Shazly, el cantaor Montesino El Lobo, el organista marroquí Abdou El Omari o The Clash, y construyen un discurso en el que (oh, ¡milagro!) todo suena coherente y único.

Arrancan con “Indiô der çûh”, un instrumental de regusto drum’n’bass al que sigue “Canelita en rama”, en la que fusionan violines sefardíes y electrónica. Pero no es hasta “Te quiero y lo çabê” cuando la cosa empieza a ponerse seria. Tomando prestada la melodía principal del clásico de la techno-rumba “Quiero verte” de Los Sobraos, esta es una canción para disfrutar sin complejos.

“Çambra der hubê çanto”, con la colaboración del mítico silbido de Kurt Savoy, destaca por la inclusión de parte de una composición del compositor de marchas de Semana Santa recientemente fallecido Sergio Larrinaga, que ellos convierten en algo digno de DJ Shadow. Oír para creer. También hay que mencionar “La vía en roça”, hit tóxico que reinventa “Tú vienes vendiendo flores” de Enrique Morente con filtros acid house. Una locura. Algunas canciones después, “Tó ba a sali bien mamá”, con la colaboración de la impresionante voz de Queralt Lahoz, es otra de las cimas del álbum.

“La contraçeña” contiene mucha música y se descubre más con cada escucha. Está repleto de referentes cultos, pero se aleja de lo esnob para destilar una honestidad que busca nuevos caminos sin olvidarse de lo principal: divertir. En esencia, son los Pata Negra del siglo XXI. Ôlê. ∎

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