Eran muchas las expectativas que Cruz Cafuné estaba generando antes de sacar este disco, pero la impresión que se ha creado tras el lanzamiento del mismo se está considerando como algo histórico para el rap español. Conseguir el cuarto mejor debut de la historia para un disco español en Spotify –tras Rosalía, Quevedo y C. Tangana– con 3,8 millones de reproducciones en su primer día es algo que ni el propio Cafuné se esperaba ni de lejos.
Echando la vista atrás, cuesta asumir que el primer gran éxito mediático de Cafuné fuese formar parte de aquel “Contando lunares” de Don Patricio que asaltó las discotecas en 2019. Porque Cruzzi ya llevaba más de un lustro rapeando y porque lo que ha ido creando en estos últimos años poco o nada tiene que ver con aquella canción comercial y facilona; el canario se ha consagrado en la escena gracias a un rap oscuro y pesado, que se sostiene en muchas fases con trap y baladas y al que añade además un toque latino-canario. Su sonido se identificaría perfectamente con lo que antaño llamábamos underground en el rap, aunque en estos tiempos en los que la música urbana domina las listas parece difícil unir lo underground con lo urbano ya.
Pero Cafuné es más de romper tendencias que de seguirlas, y ahí seguramente esté la clave del éxito de este disco. Partiendo del título “Me muevo con Dios”, este LP contiene una profundidad única, con un rapero hablándonos de su persona y su vida a través de un lenguaje cuidado con esmero y dedicación. Con códigos, jergas y metáforas continuas sobre disciplinas como la música, la religión, el deporte o el cine sin dejar de lado la calle y el barrio. Demostrando –y tirando por tierra los tópicos– que el trap no tiene por qué ser una música frívola y superficial, sino que también existe un trap reflexivo, sentido, profundo, cuidado y culto que al mismo tiempo no pierde la esencia callejera. Un trap capaz de transmitir con la letra además de con la música. Y que, como el otro, puede llegar también al número uno.
Aparte de este componente lírico, hay otros aspectos que convierten este disco en uno especial. El trabajo de Lex Luthorz en la producción permanecerá en la memoria del rap nacional; el zaragozano, con más de quince años de carrera a sus espaldas, ha sido capaz de crear un disco compacto y sólido, en el que toca todos los palos del género urbano actual adaptándolo al sonido del propio Cruz Cafuné. Por aquí hay reguetón, hay rap, trap, pinceladas de drill, baladas y hasta pop; una fusión actual y vanguardista que cobra más valor viniendo de un productor que comenzó trabajando para nombres como Sharif y Rapsusklei con un sonido rap mucho más clásico.
Juntos, Cruzzi y Lex dan forma a las veintitrés canciones del disco, un reto más que valiente en la era del single y el fast food musical. Pero no hay nada de sobra en este proyecto. Y hasta las colaboraciones están más que calculadas, empezando por la del norteamericano Westside Gunn, en un featuring sin precedentes en España, y continuando por Quevedo, Hoke, La Pantera, LaBlackie, Kris Floyd, BOJ, Chita, Miky Woodz y Leïti. Nombres que aportan valor y lo postulan sin duda como uno de los discos del año en España.
Pero la cosa, en cuanto a detalles, no acaba ahí. La lista de samples del disco recoge influencias de Pimp C y su tema “Knockin Doors Down”; de “Baby Boy”, de Beyoncé y Sean Paul; de “Yo no soy tu marido”, de Nicky Jam; de “Tuck Me In”, de Kimberly Scott; o de “Jukebox Joints”, de A$AP Rocky y Kanye West. Eso entre muchos otros guiños y detalles que esconden los estribillos y outros de las canciones. Todo eso añade una mayor riqueza al álbum, que también esconde muchas referencias a la cultura y la jerga canaria y en el que la figura del tiburón –si los tiburones se paran, se asfixian, por lo que deben estar siempre en movimiento– aparece tanto en la portada como en diversas fases del álbum.
En definitiva: no sabemos si será el mejor disco del año del rap nacional, eso dependerá de los gustos y expectativas de cada uno, pero desde luego sí parece el más cuidado y completo de cuantos hemos escuchado desde hace tiempo. Un trabajo con incontables matices, historias escondidas y referencias que lo convierten en uno de esos álbumes que necesitan varias escuchas y cada una de ellas te sorprende más. Y es también, eso seguro, el álbum español de rap con mejor debut en la historia. A ver quién lo supera. ∎