Reedición

David Shea

Una Nota SoloRoom40, 2023

Muy productivo desde que despuntara a principios de los años noventa como uno de los protegidos del neoyorquino John Zorn y de la discográfica belga Sub Rosa, con obras que reinventaban la relación de los instrumentos físicos con el sampler y también los procesos de multiculturalidad sonora, caso de “Shock Corridor” (1992), “Prisoner” (1994), “I” (1995), “Hsi-Yu Chi” (1995), “Satyricon” (1997) y “An Eastern Western Collected Works” (1999), David Shea fue espaciando poco a poco sus trabajos, así como sus colaboraciones con Scanner, Main, Charles Hayward, Grazzhopa y diferentes grupos italianos de música clásica o sacra. Entre 2006 y 2014 apenas tuvimos noticias de él. Volvió con discos de corte más minimalista, ejecutados casi en solitario con piano o sampler, grabados en Australia –donde se instaló en 2016– y editados por la compañía Room40, la misma que recupera ahora una grabación de 2005, “Una Nota Solo”, que tuvo corta vida en una edición en CD limitada de mil copias producida por el sello propio de Shea, de similar exigua existencia, Metta Editions, del que solo se conoce otra referencia, “The Art Of Memory” (2006).

“Una Nota Solo” se fraguó entre viajes, países y continentes, influenciado por las enseñanzas que entonces Shea había recibido del trabajo de compositores y teóricos como Luc Ferrari y Giacinto Scelsi, y de los procesos de composición desarrollados en el seno del IRCAM, el centro de investigación acústica y musical fundado por Pierre Boulez. Fue grabado entre abril y mayo de 2005, con aportaciones de Ictus Emsemble –sampleados del disco de música de cámara de Shea, “Classical Works” (1998)– y el Ensemble Musiques Nouvelles. Se distancia así del que consideraríamos el primer período de Shea, en el que sus grabaciones de campo, experimentos electrónicos y orfebrería con el giradiscos colisionaban con la presencia in situ de músicos del downtown neoyorquino a través de composiciones que circulaban alrededor de héroes cinematográficos y musicales muy propios de esa escena musical, como Sam Fuller, Jean-Luc Godard, Federico Fellini, Sam Peckinpah, Tex Avery, Quincy Jones, John Barry, Ennio Morricone y Henry Mancini. Con todo, hay un tema en este disco ahora recuperado, y hasta cierto punto reformulado, en el que se percibe el Shea de sus orígenes: el collage sonoro de “Layer III”, que incluye capturas de música de series y películas de cine negro clásico, sintetizadores cibernéticos, orquestas de baile de los años veinte, manifestaciones deportivas, añeja música cinematográfica y el sonido del oleaje que nos transporta, posiblemente, a los mares del Sur.

Este tema aparece como aislado o desgajado del resto de las composiciones, irreductible como vestigio de un pasado espléndido en cuanto a la experimentación sonora con capas y más capas de estilos, géneros, material prexistente y formas de grabar y ensamblar. El oscuro “Sunset” de la edición original aparece en esta nueva versión como “Sunset/Sunrise”, quizá más esperanzador. Una viola desarbolada, un poco al estilo John Cale, pero menos metronímica, protagoniza “MG”, y la impronta de Scelsi, adalid de las composiciones con una sola nota, recorre muchas otras piezas del disco. El regusto de la composición cinematográfica aparece en “XY2”, hay ecos en “La Spezia” de la querencia de Shea por la música y rituales budistas, bien presentes en obras anteriores, y “Time Capsules” se instala en bucles electrónicos cortocircuitados de nuevo por ramalazos de músicas analógicas de la primera mitad del siglo XX. La presente edición añade dos cortes inexistentes en la de 2005, el ancestral “Walking By A Mountain” y el neblinoso “A Gong Alone”. ∎

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