Álbum

Gold Panda

The WorkCity Slang-Music As Usual, 2022

Cuatro discos en doce años sería una cifra razonable para cualquier artista inmerso en la espiral “preparar repertorio / grabación / promoción / gira” y vuelta a empezar, pero “The Work”, el cuarto álbum de Derwin Dicker –verdadero nombre tras el que se oculta Gold Panda–, ha tardado en nacer; en realidad, seis años desde que publicara el anterior, “Good Luck And Do Your Best” (2016). Pero Derwin no ha estado ocioso. Ha trabajado mucho. Y no solo en la música, que también –hace ahora cuatro años apareció “On Reflection” (2018), bajo el nombre de Selling, que era un proyecto colaborativo entre Gold Panda y Jas Shaw, de Simian Mobile Disco, además de trabajar con el nombre de DJ Jenifa–. El trabajo (the work) al que Dicker se refiere en el título de su cuarto álbum es lo que podríamos definir como un trabajo “de autocuidado”: trabajar sobre uno mismo y con uno mismo. Un momento decisivo para esta reflexión fue el nacimiento de su primera hija y la comprensión concomitante de que ya no solo era responsable de su propia vida. En su caso, eso significó terapia, deporte y algunos cambios en su estilo de vida; entre otros, dejar de beber. A Gold Panda (como a muchos otros músicos –o no– que frecuentan hasta altas horas de la madrugada los templos del house y la electrónica) la noche le confundía…

Los frutos de este trabajo de introspección se notan en “The Work”. En primer lugar, es el álbum más relajado del londinense hasta la fecha, un cálido y ondulante flujo de arpegios de sintetizador, samples vocales e IDM. El disco se abre con “Swimmer”: techno ambiental sin elementos rítmicos más allá del compás. Pero es que incluso cuando comienzan los patrones de batería electrónica en el segundo tema, “The Dream”, las cajas y los bombos suenan suaves, casi acariciadores. Apenas hay rastro de los temas erizados de glitch –los más destacados quizá sean “I’ve Felt Better (Than I Do Now)”, sobre todo, y “Plastic Future”– con los que marcar territorio en el club que se podían encontrar en los discos anteriores de Gold Panda –sobre todo en “Half Of Where You Live” (2013)–. En su lugar, los rasgueos temblorosos de samples y las sedosas superficies de flauta, piano o koto japonés evocan recuerdos de la folktrónica de sus compatriotas Bibio o Four Tet. Atención especial para el ambiente melancólico de “New Days”

Es música que parece hecha para salir a trotar por la mañana (algo que, de hecho, ha incluido en sus nuevos hábitos, junto con el pilates) o, si no, para largos paseos otoñales. Sonidos agradables que consiguen parecer ligeros y sencillos. Pero nunca hay que olvidar cuánto “trabajo” hay detrás de esos sonidos. ∎

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