Álbum

Grizzly Bear

VeckatimestWarp-[PIAS] Spain, 2009
Con cada nuevo disco, Grizzly Bear amplían y redefinen su campo de batalla –es un decir: no se me ocurre un grupo de ánimo menos belicoso–; superan las expectativas urdidas a su alrededor para revelarse como una banda de mayor densidad e intensidad de lo que creíamos. Del tímido indie-folk lo-fi de “Horn Of Plenty” (2004) saltaron a un “Yellow House” (2006) que, partiendo del folk, miraba hacia un pop acústico denso e intrincado en el que se daban la mano The Beach Boys, Tom Waits y Animal Collective. Y ahora, con este “Veckatimest”, despegan hacia el infinito de un pop luminoso, con orquesta (Nico Muhly en los arreglos), coros femeninos y guiños a décadas de herencia musical popular. Crecen sin cesar. Hacia arriba y hacia dentro.

Sonar a la vez íntimos e infinitos es misión compleja, pero Grizzly Bear han logrado el reto en un disco sublime que exige escuchas repetidas para –tratar de– aprehender cuanto contiene; aunque sus melodías y armonías cazan a la primera, detrás de ellas hay un trabajo musical poco común, realmente sutil, entre el sonido vintage, la producción moderna y el arreglo orquestal, que realza hasta niveles de belleza insondable grandes partituras e interpretaciones.

Cuesta quedarse con un hito, porque todos los temas de este disco ya clásico pueden ser tildados de ello: el single “Two Weeks” (con Victoria Legrand de Beach House), en clave doo-wop, con grandes falsetes de Ed Droste, o el igualmente animado “While You Wait For The Others”; “Cheerleader”, con sus referencias a los girl groups de los sesenta y ese estribillo tan “Pet Sounds”; o el pop de cámara de “All We Ask” y su línea final demoledora en fase soul: “No puedo salir de esto en lo que estoy metido contigo”. Pero para final demoledor, “Foreground”, con esa línea de piano tristón y ese coro juvenil escalando hacia el cielo. Definitivamente, touché. Este disco es toda una obra de arte. ∎

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