Guided By Voices cumple 40 años y Robert Pollard, su prolífico líder, ya ha lanzado 38 discos bajo el nombre de la banda, a veces en solitario, a veces acompañado de músicos que van y vienen de las diferentes formaciones que han existido a lo largo de la carrera del grupo. Sin embargo, este último álbum fue creado con una formación que ha grabado doce elepés en conjunto desde el corte “August By Cake” (2017).
Con todo, Doug Gillard (guitarra), Bobby Bare Jr. (guitarra), Kevin March (batería) y Mark Shue (bajo) fueron parte de una aventura totalmente diferente con “Welshpool Frillies”, donde retomaron algo del camino de la banda anterior a 2017. Para esto dejaron de grabar por separado en un estudio y se encerraron en un sótano de Brooklyn con el productor Travis Harrison para registrar las canciones live-to-tape, del directo a la cinta.
A pesar de este cambio, el álbum mantiene algo de la impronta de la última etapa del grupo, con un sonido más limpio, canciones con melodías pegadizas y elementos progresivos, aunque esta vez con matices, recuperando ese sonido de los noventa y las experimentaciones de su primera etapa. Así, surge una obra ecléctica y heterodoxa, sello de calidad de Pollard.
Algunas de las canciones tienen una evidente vocación pop, pero con un toque sucio, grunge si se quiere, herederas de la última etapa de la banda. “Meet The Star” es una de ellas, canción que abre el disco y que comienza con una cautivadora sección rítmica que da paso a una voz con una melodía atrayente. “Radioactive Pigeons” o “Romeo Surgeon” siguen esta misma línea, aunque esta última podría formar parte de cualquier disco de R.E.M. en los ochenta, con guitarras upbeat y voces nasales.
Otro camino siguen “Chain Dance” o “Mother Myrth”, temas con cierta vertiente folk cuyas estructuras lo-fi nos remiten a “Alien Lanes” (1995) o al disco solista de Pollard “Not In My Air Force” (1996), pero con arreglos más complejos, como las armonías de fondo que interpreta el melotrón en la segunda de ellas. Estas armonías se encuentran dispersas en todo el disco, pero son particularmente llamativas en “Better Odds” o “Why Won’t You Kiss Me”, donde ayudan a generar el ambiente de la canción.
La experimentación siempre ha sido parte de la impronta que Guided By Voices ha mantenido durante su trayectoria y aquí se hace patente en “Rust Belt Boogie”, “Don't Blow Your Dream Job” o “Seeding”, que cambian de estructura y ambiente varias veces sin perder ese hilo común que las mantiene unidas.
Quizá es por todo lo anterior que este disco suena bastante poco cohesivo, aunque con cierta coherencia, donde la vertiente indie se da por descontada, pero que cuenta con influencias clásicas del mainstream como el Bowie de los setenta, The Beatles o The Who, que conviven junto a otras más contemporáneas como Joy Division o Supergrass. ∎