Reedición

Hiroshi Yoshimura

SurroundTemporal Drift, 2023

No cabe duda de que, en estos últimos años, estamos viviendo una revalorización de la ortodoxia new age y ambient que ha hecho multiplicar los proyectos de esta índole. Pero que, sobre todo, ha servido para dar nueva vida a tótems clásicos en la materia como Laaraji, Harold Budd o Hiroshi Yoshimura (1940-2003), firmante del memorable “Music For Nine Postcards” (1982), aunque también de joyas como “Green” (1986) y este “Surround”, ahora pertinentemente reeditado por Temporal Drift.

Publicado originalmente en 1986, el disco se abre con los once minutos de “Time After Time”, pieza en la que los silencios marcan el compás de una sonoridad fastuosamente nipona. A lo largo de su desarrollo, queda de manifiesto el propósito central por el cual “Surround” cobró vida: ser un encargo del Misawa Homes Institute Of Research And Development para ambientar musicalmente las casas prefabricadas de la compañía. Que esta fuera la excusa por la que este álbum se hizo realidad es algo consecuente con la mayoría de la música realizada por Yoshimura, cuya trayectoria está íntimamente ligada a la necesidad de aclimatar espacios públicos con sonoridades nebulosas.

No deja de ser tremendamente representativa la funcionalidad de una música orgullosa de un fin central como buscar la serenidad vital. La repetición circular de los sintes conforma el opus creativo de cortes como la titular del álbum, que anticipa planteamientos como los de Fennesz en “Agora” (2019) y del alemán Oval en sus trabajos imprescindibles de los años noventa.

Ligado a los postulados metodológicos del deep listening patentado por Pauline Oliveros tres años después de la publicación de esta colección de sinfonías aerostáticas, “Surround” se erige en punto cardinal de dicha filosofía, perfectamente cuadrada en “Time Forest” –corazón de este trabajo– y con la cual Yoshimura alcanza el summum de sus ambiciones artísticas. Su escucha no deja de ser una invitación hipnótica a lo que él entendió siempre como brújula de sus impulsos creativos: mirar con los oídos. De hecho, cuando se habla de música visual, seguramente este sea uno de los ejemplos más elocuentes de los que podamos echar mano: pura ambrosía de texturas envolventes, suspendidas en el tiempo, además de fuente de inspiración de las hordas synthwave de corte meditativo surgidas en este siglo.

Solo por la majestuosidad de la música compuesta para “Time Forest”, este álbum va mucho más allá de los objetivos laborales iniciales para su confección. No obstante, los placeres aquí guardados también se extienden a “Water Planet”, que funciona como una especie de alternativa ultraminimalista de los Popol Vuh de “Aguirre, la cólera de dios” (1975), y rozan la eternidad a lomos de la exuberancia mayestática de “Green Shower”, broche de oro para cerrar semejante lección de belleza incorpórea. Sublime. ∎

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