Álbum

HONESTY

U R HEREPartisan-[PIAS] Ibero América, 2025

Matt Peal lleva años funcionando un poco como el pegamento de gran parte de la escena de Leeds, al menos de la más apegada a las guitarras: ha hecho sesiones con The Kaiser Chiefs o Yard Act y ha producido a The Crooks, Dream Wife o Divorce; también a Eagulls. Y cuando George Mitchell, vocalista principal de la banda que despuntó en 2014 gracias a un disco, “Eagulls”, urgente y turbulento, decidió que se había cansado de esto de la música, el recién estrenado estudio de Peal en la ciudad británica se presentó como una segunda oportunidad: había esperanza. En The Nave conoció a John Lewis, que estudiaba en la universidad de Birmingham y pasaba por allí para hacer sesiones de batería. También a Imi Marston, una joven cantante de dark wave electrónico con la que Peel ya había trabajado, por ejemplo en el EP de 2019 “Lines”. Y juntos, los cuatro, decidieron montar una banda y, de algún modo, volver a empezar.

No una banda cualquiera, además: su primera referencia, “BOX” (2024), se abría a un amplio rango de colaboradores –Ryan Cooke, el rapero Kosi Tides, Florence Shaw de Dry Cleaning…– y adoptaba más la forma de una mixtape, fragmentos de ideas que cubrían un espectro de géneros casi ilimitado, y además daba una importancia capital a la estética y la parte visual; HONESTY prefieren funcionar como un colectivo y, así, como SAULT, no tener que contenerse. Y aunque evidentemente partan de las experiencias previas de cada uno de sus miembros, una piscina de oscuridad en la que convergen el post-punk, el dream pop, el shoegaze o una cold wave más bien siniestra, su debut largo propiamente dicho, “U R HERE”, efectivamente va aún más allá abriéndose a toda la tradición del UK bass, utilizando la música electrónica como un enorme contenedor no solo de estilos y sensibilidades, también de emociones.

Los ejemplos más claros son “WWWWW?”, que por un lado es etérea y oscura, como si The Cure hubieran tomado partido –y algo más– en la Mánchester acid, y por otro es bailable y relativamente eufórica, recordando al big beat en su versión más trancera; y “NIGHTWORLD”, algo así como un nu break que mezcla el britpop con el emo y con los Bicep más progresivos. De modo semejante funciona “U&I”, también fijándose en Bicep pero en este caso enredándose en sus ecos más espirituales sobre un afrobreak en el que Imi Morston saca voz de soprano, o “TORMENTOR”, acid progresivo y a ratos industrial. En su afán de recorrer y actualizar todo ese espectro de músicas electrónicas británicas, HONESTY recrean el himno house noventero en “NO RIGHT 2 LOVE” de la mano de Liam Bailey, se adentran junto a Kosi Tides en los pantanos de un grime experimental sobre una base dubstep en “NORTH”, reconstruyen el trip hop entre subgraves saturados y estruendos ciberpunk en una “EMPTY” que parece cruzar a oklou con Massive Attack, y se encomiendan al espíritu de Stereolab montándose en su propia nube motórika, evaporada y fragmentada, en “MEASURE ME”, de lo mejor del disco.

Como una versión difuminada y al mismo orgánica del dúo de Belfast, desprovista de muscularidad pero también extrañamente física, HONESTY condensan en “PITY” todos los estados por los que pasa “U R HERE”, un trabajo que desde su propio título apela una cierta espacialidad y a estar presente, aunque la realidad a la que asistamos se diluya ante nuestros ojos, se deshaga en nuestras manos. Por eso es tan importante el ambient como fondo en todas las pantallas: porque su función unificadora apoya el worldbuilding y la intención cinematográfica que persigue la banda, evitando toda posible dispersión en un mundo al borde del colapso. Sus miembros ya han comentado, de hecho, que entre los planes para ampliar el álbum está una versión remezclada por el músico experimental Hagop Tchaparian que amplíe precisamente toda esa bruma paisajística que define y configura el universo del álbum. Está claro que sus ambiciones van más allá de la mera mezcla de estilos, y su debut, canalizando un espíritu puramente británico que siempre ha encontrado bajo el manto de la oscuridad un lugar en el que el rock y el punk pudieran encontrarse con la música de club, lo confirma con creces. ∎

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