Tras el disco de solsticio de verano y de celebración hedonista que fue “A Bath Full Of Ecstasy” (2019) –a la postre ensombrecido por el fallecimiento de su productor, Philippe Zdar, y la posterior pandemia–, Hot Chip vuelven con “Freakout/Release”, cuyo título encaja muy bien con esta liberación que estamos viviendo en el posconfinamiento. Se trata de un trabajo que les ha servido para reencontrarse consigo mismos, pero también para entender el poder comunal. Lo hacen, sin embargo, en un álbum de una introspección sin precedentes en su obra en el que, además de lidiar con sus temáticas habituales –baile, contacto físico y compañerismo–, a menudo tocan asuntos espinosos como la ansiedad, la masculinidad tóxica y el agotamiento profesional. No en vano, también incluye su primer tema abiertamente político, “The Evil That Men Do”.
Y aquí entra un poquito en juego esto del poder comunal. En este track, un soul electrónico de título elocuente, se juntan con el rapero canadiense Cadence Weapon para denunciar los males modernos, pero acaban animando a “alzar la cabeza y no caer en el abismo”. Grabado en el estudio londinense que Al Doyle montó durante la pandemia, este es el primer disco de Hot Chip escrito de principio a fin con todos los integrantes en el mismo espacio. Ese relámpago de creatividad colectiva se respira en la mayor parte de su metraje. Y, del mismo modo que en “A Bath Full Of Ecstasy”, contaron con más ayuda externa: Soulwax han coproducido parte del trabajo, aparece otro featuring acreditado como es el de Lou Hayter, de New Young Pony Club (para avivar la nostalgia dosmiles), y en el electro góspel “Miss The Bliss” hay aporte vocal de los hijos de Joe Goddard, la hija y el hermano de Alexis Taylor, y multitud de amigos.
A estas alturas, sería absurdo exigir a Hot Chip una reinvención, y más si “Freakout/Release” sirve momentos tan golosos como “Down”, que justifica la fama que los británicos se han ganado de nerds con la nariz manchada de polvo de cubetas de discos. Para ella se sirven de un sample de la banda soul-funk de Chicago Universal Togetherness Band. O la pieza titular, que se beneficia de la energía de sus directos (el hábitat natural de la banda) y, en concreto, de su salvaje y celebrada versión del “Sabotage” de Beastie Boys para entregar una bestia parda de tema que es todo un homenaje a varias décadas de dance music: de Kraftwerk a LFO pasando por Daft Punk. Por no hablar de otra nueva contribución a su colección de hits: “Time”, que es como si el arquitecto de clímax Jon Hopkins se dejase de meditaciones trascendentales y volviese a la big room con un himno que vuelve a emparejar a Hot Chip con la realeza sintética británica. Bendito el momento en que Al Doyle construyó ese estudio. ∎