Reedición

Jana Horn

OptimismNo Quarter-Popstock!, 2022

Jana Horn debuta con “Optimism”, pero tampoco hablamos, en realidad, de una recién llegada: desde la década pasada, esta compositora y cantante texana ha dejado su huella en grupos como Reservations, los renacidos Knife In The Water y American Friend, además de (empezar a) grabar un álbum que abandonó por sonar demasiado bien. “Optimism”, según parece, representa mejor su ideal musical. Es decir, la imperfección antes que la perfección. Aunque la mejor forma de definir “Optimism” sea perfecta imperfección.

Continuación de los EPs “Five Songs” (2016) y “Go On / Move Your Body” (2018), el disco se grabó originalmente en 2018 y tuvo una pequeña tirada (autoeditada) en vinilo en 2020, pero será (ojalá) descubierto realmente por el mundo con este relanzamiento en No Quarter (Joan Shelley, Endless Boogie), el mítico sello fundado en Filadelfia por Mike Quinn.

En la nueva visión de Horn, dos acordes son más que suficientes y la voz puede emocionar por su carencia de emoción; un poco como pasaba con Broadcast, una influencia bastante clara en “Changing Lines” y “A Good Thing”. Antes de ambas, “Friends Again” ha planteado el modelo a seguir: country-folk-rock de arreglos mínimos que hará las delicias de Calvin Johnson, y también de cualquier fan de Raymond Carver, dado lo depurado de las letras. La línea más repetida hace daño: “No solo me empujaste fuera, me enterraste, y profundo”.

Siguen delicias como la medio ensoñadora “Time Machine”, un poco Cass McCombs, o ese tema titular de mágico órgano Hammond. Pero el disco alcanza su punto quizá más álgido con la delicada y sublime “Tonight”, que invita a hacer comparaciones con Sybille Baier o la Stina Nordenstam menos ruidosa. Lo que empieza como una escena doméstica de aparente quietud (“Hoy visto el color azul / Y me siento en el sofá con el gato / Al que no le gusta que me mueva”) deriva en la descripción de una dinámica menos confortable (“Es la cadena que elijo / El cristal que me abre el pie / Cuando te consuelo / Es solo porque debo”).

Según explicó en entrevista con ‘The Guardian’, Horn escribe sus letras tirando del hilo de frases como caídas del cielo. Eso puede resultar en versos crípticos (“los opuestos existen / y para existir dependen de sus opuestos / lo que Dios no es, eso es él”, canta en “Changing Lines”) e historias sin final claro, como en el Joyce de “Dublineses” (1914).

Me llamaron del Jordán” es la frase de la que partió para “Jordan”, canción que apunta a un nuevo comienzo en una trayectoria todavía joven. Más etérea que casera, con cierta subtrama electrónica, cuenta un extraño relato bíblico sobre un hombre que elige su propia muerte por encima de la misión de bombardear Galilea. Junto con el rugoso, denso EP homónimo de su grupo slowcore American Friend, editado en 2020, invita a pensar en Horn como una artista con muchas cartas por jugar y habilidad para jugarlas como pocas y pocos. No corramos el riesgo de ignorar u olvidar su nombre. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados