Álbum

Kevin Rowland

My BeautyCreation-Sony, 1999
Kevin Rowland, un artista torturado por naturaleza, líder de los impecables Dexys Midnight Runners que llevaron la energía punk al soul hace más de quince años, recuperado del infierno de la cocaína y las depresiones pero con la mente algo diluida, ha tardado un par de años en preparar su nueva carrera de solista. Ni en el más lúbrico sueño (o pesadilla) podría haber imaginado Alan McGee, quien decició fichar a uno de sus ídolos en plena euforia Oasis, que lo haría cantando versiones semidesnudo de vampiresa. Un crooner travestido que se atrevió a salir al escenario de Reading cantando sobre un fondo instrumental grabado y coqueteando con dos bailarinas escasamente vestidas (acabó “abotelleado”). ¡Toma ya Corcobator!

Esta actitud totalmente rock’n’roll (vista desde su peculiar lado de la realidad es, sin embargo, una reafirmación que él afronta con la mayor seriedad: si se ve así más atractivo, ¿por qué no?) contrasta con el disco: lo más alejado del rock’n’roll que se puede estar sin entrar en una película de Disney. En él interpreta (tan personalmente que incluso modifica algunas letras para adaptárselas) “las canciones que le sirvieron para reencontrarse con la belleza, su belleza”. Buena interpretación vocal (con convicción confesional aunque en el purgatorio entre Scott Walker y Marc Almond), bonitos arreglos (hablamos de clásicos), a veces emocionante (“I Can’t Tell The Bottom From The Top” de los Hollies), pero uno es joven aún. Según él: “Necesitaba grabarlas antes de hacer otra cosa”. Tranquilo Kevin, te queremos, sabemos que tienes talento, ahora quítate las bragas y escribe canciones como tú sabías. ∎

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