Álbum

Lakecia Benjamin

PhoenixWhirlwind, 2023

Lakecia Benjamin (NYC, 1992) vuela libre, junto a una banda renovada de notable lírica rítmica y maleabilidad, hacia la cima del jazz contemporáneo, que se enriquece de elementos como el funk que sugieren una observancia hacia el hip hop y el dance, sin olvidar la tradición jazzística. Además, los músicos invitados dan relevancia a la idea musical de la compositora. La saxofonista ya no es solo una alumna aventajada de John Coltrane. Con su cuarto disco, en once años, confirma que “Phoenix” es su álbum de madurez.

La neoyorquina es la responsable de la composición de las trece tunes de “Phoenix”, que hace referencia a un severo accidente de tránsito que llevó a la saxofonista hasta el quirófano. También, al mundo que está emergiendo en tiempos de pandemia y al racismo institucionalizado en la sociedad norteamericana. Además, comparte la producción con uno de sus mentores, la insigne batería, docente y activista Terri Lyne Carrington, una instrumentista de excepción, autora de un álbum singular, “Money Jungle. Provocative In Blue” (2013), que le valió un Grammy, y del intensísimo “Waiting Game” (2019). El éxito colaborativo de ambas reside en la armoniosa cadencia y sutil afinación de las distintas corrientes estilísticas, históricas y actuales, que nutren al jazz.

Otra baza es el giro estilístico con respecto a su anterior trabajo, “Pursuance: The Coltranes” (2020), un reconocido álbum por su refrescante lectura del bebop y el jazz espiritual del matrimonio compuesto por John y Alice Coltrane, a quienes dedica “Trane”, que rebosa espiritualidad y jazz modal. En “Phoenix”, Benjamin amplía las posibilidades del saxo alto, acompañada de músicos de una versatilidad genuina, sostenida en la maquinaria rítmica del baterista E.J. Strickland, el bajista Ivan Taylor y el teclista Victor Gould, que permite que los incisivos fraseos del trompetista Josh Evans dialoguen con la elocuente y compacta sonoridad de la líder. El quinteto deviene una sólida unidad, delicada y feroz, según convenga, como en “New Mornings”, “Moods”, “Rebirth” y el uptempo “Basquiat”. Antes, en “Phoenix”, la canción que da título al álbum, lucen las sonoridades sintéticas de los teclados de la californiana Georgia Anne Muldrow, insertadas en el post-bop del ensemble.

Las distintas líricas también pertenecen a la saxofonista, que cuando conviene se dobla a los sintetizadores. El blues se cuela en la doliente apertura de sirenas, disparos y el ardiente spoken word de Angela Davis en “Amerikkan Skin”, que en su versión radio edit, que cierra el vinilo, acentúa su carácter bopper. No menos decididas se muestran la poeta Sonia Sanchez, en “Peace Is A Haiku Song”, una súplica en favor de la igualdad, punteada por el contrabajo de Taylor, y “Blast”, en que aparece la sutil trompeta de Wallace Roney, Jr. Todas, junto al célebre saxofonista Wayne Shorter, en su recitado de “Supernova”, refuerzan la exploración de matices de la negritud y subrayan las aportaciones de las mujeres a la cultura estadounidense: el jazz y el activismo civil, dos activos que definen la conciencia política y las reivindicaciones sociales de esta música desde hace décadas.

Dianne Reeves presta su rango vocal y timbre único a “Mercy”, cuya delicadeza contrasta con la pianística de la cantante de R&B Patrice Rushen en “Jubilation”. El caleidoscopio resultante propicia una corriente de opinión que sitúa el talento compositivo y la energía interpretativa de Lekacia Benjamin en el centro del jazz actual. ∎

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