Álbum

Les Savy Fav

OUI, LSFFrenchkiss, 2014

Ya casi nos habíamos olvidado de Les Savy Fav, incluso a pesar de ser una de las bandas más indomables, locas y divertidas de ver en directo, como nuevamente demostraron en el reciente Primavera a la Ciutat (conciertazo en el Paral·lel 62) o en el Canela Party del pasado agosto. Catorce años han transcurrido desde el anterior álbum de la banda neoyorquina (“Root For Ruin”, de 2010) y, en ese tiempo, se puede decir que el post- punk de base hardcore que encumbró a aquellos jóvenes en la pujante escena de Williamsburg en el cambio de milenio ha perdido la relevancia de la que antes gozó. De hecho, también su juventud se perdió. Ahora mismo, sus componentes rondan los 50 años y han dedicado estos casi tres lustros de silencio a la vida familiar y a desarrollar sus otras profesiones, también creativas. Por ejemplo, el bajista Syd Butler y el guitarra Seth Jabour han estado muy ocupados como miembros de la banda del show televisivo ‘Late Night With Seth Meyers’. Más sorprendentemente, el simpar frontman Tim Harrington se ha dedicado a escribir e ilustrar libros infantiles.

Todo esto hace comprensible que el regreso de la banda sea por puro placer, sin plantear grandes cambios respecto al estilo sonoro de sus trabajos inmediatamente anteriores, aunque un poco por debajo de lo alcanzado en “Let’s Stay Friends” (2007), que sigue brillando como su mejor disco. Sus guitarras mantienen ese brillo punzante que siempre los caracterizó, sus canciones tiran por caminos un poco más eclécticos, quizá un tanto más pausados que antaño, y los textos oscilan entre lo sardónico y un inesperado poso sentimental de mediana edad, que se ejemplificaría en temas como “Somebody Needs A Hug” o “Don’t Mind Me”. Eso sí, gravedad la justa. En “Barbs”, por ejemplo, Harrington compara un amor tormentoso con Afganistán y Vietnam (¡la rima cañón!) y por ser follado por un gato, para terminar rindiendo homenaje al estribillo de “Dreaming”, de Blondie (también hay citas en el álbum a temas de LL Cool J y Usher).

Bastante guasa se desprende asimismo de “World Got Great” –que no me queda claro si se trata de una crítica social o de una broma interna– y, sobre todo, de “Nihilists”, de cuyos sujetos acaba diciendo el cantante que no leen, no escriben y que casi los mata un autobús mientras se dirigen al dentista. Al principio del disco, temas como “Void Moon” y “Mischief Night” parecen historias de terror, “Limo Scene” es más lúbrica y, en general, hay todo un abanico de sensaciones a lo largo de estos catorce temas. “OUI, LSF” ya no cambiará la vida de nadie a quien esta banda sí se la haya cambiado anteriormente, pero su escucha es divertida y los recupera con dignidad. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados