Álbum

Lucinda Williams

Stories From A Rock N Roll HeartHighway 20-Popstock!, 2023

Ah, la épica de la superación. La vida como lucha a brazo partido contra la muerte y el rock’n’roll como camino a la redención. Las cicatrices, lo sabe bien Lucinda Williams, nunca sanan del todo, una tragedia para el común de los mortales pero una perversa bendición para quien ha hecho de su existencia material de vitrina y exposición. Carne trémula sacudida por el infortunio y canciones nacidas para expurgar males y tragedias. Volver a empezar, volver a aprender. “Never Fade Away”, que canta la reina del country-rock en este disco post-casi-todo.

Porque “Stories From A Rock N Roll Heart”, con ese sonido crudo de quien tiene prisa por hacerse escuchar, es el resultado de un par de añitos en el lodo. Primero un huracán, luego la pandemia y, como colofón, un ictus que aún hoy le impide tocar la guitarra. Pleno al quince de suerte de mierda para una artista que venía de coronarse con el arrebato eléctrico de “Good Souls Better Angels” (2020) y que, viva el tópico, se crece ante la adversidad. A las penas “puñalás”, americana gran reserva y “Rock N Roll Heart”, himno inflamado que confirma hasta qué punto Jesse Malin, hospitalizado el pasado mes de mayo tras sufrir un derrame cerebral, fue importante en el proceso de composición del disco.

A estas alturas, y aunque no haga ninguna falta, una buena manera de entender quién es y lo que representa Lucinda Williams es echando un rápido vistazo a quien acude a su llamada. Porque chasquea los dedos la autora de “Car Wheels On A Gravel Road” (1998) y ahí están, prietas las filas, Bruce Springsteen, Patti Scialfa y Buddy Miller. También, porque no todo va a ser compadreo generacional, Angel Olsen y Margo Price. Entre todos arropan a la de Luisiana en un álbum desgarrado y vitalista; un disco en el que el músculo y la energía del rock se reflejan en la melancolía azulada del medio tiempo. La vida y la muerte, tocándose con la punta de los dedos. Literalmente: ahí están las líneas de bajo del desaparecido Steve Mackey y el recuerdo a Tom Petty en la luminosa y rompecorazones “Stolen Moments”.

Los corazones solitarios, canta Lucinda, encuentran alivio en Patsy Cline y Muddy Watters, nómina en la que no desentonaría ella misma, especialista en romances que acaban regular, caminos trufados de obstáculos y, en fin, historias nacidas para ser vestidas de balada country. En esa liga juega “Stories From A Rock N Roll Heart” gracias a la desolada y preciosa “Jukebox” (“Gracias a Dios por mi bar de la esquina”, canta junto a Angel Olsen desde lo más hondo de un pozo) y a la pena oceánica de “Hum’s Liquor”, afilada descripción del alcoholismo por la que vaga el espectro de Bob Stinson, guitarrista de los Replacements fallecido en 1995. Es también una de las canciones que mejor sintoniza con el espíritu quebradizo y tembloroso de “Essence” (2001), álbum de supervivencias amorosas en el que Williams parece proyectarse para armar esa otra resiliencia, mucho más esencial y vital, que atraviesa las imponentes “Where The Song Will Find Me” y “Never Gonna Fade Away”. Porque su luz, de momento, está lejos de apagarse. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados