Pocas veces la industria del pop ha producido una pareja de éxito masivo tan disonante como la que formaron en su día Nancy Sinatra y Lee Hazlewood, la hija mayor de Frank Sinatra y el peculiar cowboy de Oklahoma. Light In The Attic inicia ahora con la chica una merecida continuación de la campaña de reediciones que ya le dedicó a Hazlewood en la década que acabamos de dejar. Y lo hace, igualmente, con un recopilatorio esencial.
Sobrada de talento natural pero con una imagen blanda, Nancy necesitaba algún tipo de empujoncito. Llegó de la mano de un músico bregado, hecho a sí mismo, pertrechado con sempiterno vaso de whisky y sensible mostacho. Ya fuese como productor, compositor, letrista, covocalista o todo a la vez, ambos llegaron a publicar entre 1966 y 1968 un single cada tres meses y al menos dos álbumes por temporada. “Start Walkin’ 1965-1976” recoge un buen puñado de aquellas canciones diseñadas entre la psicodelia, el wéstern y el pop, con la vieja teatralidad “chica inocente vs. seductor maduro” como telón de fondo y una visión alternativa, por socarrona y descreída, del flower power campante.
Efectivamente, bajo la apariencia ligera no solo operaba el productor Hazlewood y su frescura compositiva. Se contaba además con colaboradores como Billy Strange, fino arreglista y miembro de los incansables The Wrecking Crew. Cuando no interviene alguno de ellos, algo que sucede apenas un par de veces, desciende la calidad de un recopilatorio que no se conforma con los grandes éxitos, cuidadosamente secuenciados, sino que también se ocupa de singles raros y descartes locos como “Machine Gun Kelly”.
Hazlewood le pidió a Nancy que cantara la feminista “These Boots Are Made For Walkin’” como una “niña de 14 años que folla con camioneros”. “Sugar Town” (LSD), “Summer Wine” (más psilocibina o simplemente el néctar de los dioses), “Sand” (sexo con referencias bíblicas) o “Some Velvet Morning” (incesto y otras turbulencias humanas) conseguían eludir triunfalmente la censura de la época. “Bang Bang”, el escalofriante tema de Sonny Bono elegido por Tarantino para inaugurar su “Kill Bill Volume 1” (2003), la toma americana de “You Only Live Twice” –o sea, James Bond y el gran John Barry– o la mítica parodia de “L’eté indien (Indian Summer)”, éxito setentero de Joe Dassin, con su ambiente de puticlub lujoso y recitado crepuscular del propio Lee; todas ellas te transportan a un mundo perdido de magia passé y elegante incorrección que retorna a nosotros para su gozoso (re)descubrimiento. ∎