“De joven eras el rey de las flores de zanahoria y construías una torre que se ladeaba a través de árboles en sagradas serpientes de cascabel que caían a tus pies. Y tu madre le clavaba un tenedor a tu padre en la espalda. Y tu padre tiraba la basura por los suelos mientras nosotros nos tumbábamos y aprendíamos para qué servían los cuerpos del otro”. Así empezaba el segundo y último disco de
Neutral Milk Hotel. El mundo en una habitación y la mente en Cuenca. Jeff Mangum, un Jonathan Swift de la neopsicodelia de Elephant 6, contó con la producción de su amigo Robert Schneider (The Apples In Stereo) en este disco que conserva intacto su aura de misterio.
“In The Aeroplane Over The Sea” (1998) se entiende mejor dormido. Mangum lo reconocía refeririéndose a esa
“lucha para encontrar canciones que guardas en cajas atadas bien fuerte y que solo suenan de noche cuando duermes”. Lo colocas ante al espejo y empieza a encajar: recuerdos de una infancia llena de descubrimientos, amores perdidos en el tiempo, la amarga sensación de estar demasiado lejos de todo y de todos... En su océano sonoro cabe una jota psicodélica, una balada de los años cincuenta con el viento azotando los tensores metálicos del avión, trompetas crepusculares a lo Morricone y hasta una gaita. Pero cuando intentas acotarlo, las melodías se enredan, las palabras se confunden, los significados desaparecen. Y, mierda, despiertas.
Caribou y The Arcade Fire lo consideran una obra maestra. Pero The Decemberists también desfilarían gustosos en la ácida marcha fúnebre de
“The Fool”. (Por cierto, gracias por no añadir nada a la reedición. Sería como llevarte de viaje a la Luna y soltarte diez millas más allá). ∎