El músico, arreglista y productor francés Nicolas Repac –colaborador de Arthur H, Alain Bashung o Mamani Keita– es un experto del sampler. Lo demostró en “Swing-Swing” (2004) y en “Black Box” (2012) –en los que revisitó el jazz clásico y el blues-, pero ahora se supera en su homenaje al etnomusicólogo Charles Duvelle (1937-2017) –que antes de morir le dio libertad absoluta para zambullirse en su esplendoroso catálogo de grabaciones de campo–, compositor, fotógrafo y un incansable viajero que se dedicó a documentar músicas tradicionales, sobre todo africanas. Su trabajo nutrió el catálogo del mítico sello Ocora y la colección Prophet.
Repac deconstruye su legado y lo convierte en un collage conceptual que se acerca al ambient, en “Nomad Rhapsody”, y en el extremo opuesto, “Kama Twist Dada”, al júbilo desacomplejado, huyendo de cualquier coherencia etnológica para lanzarse a la imaginación más desbordante. Y si bien es cierto que en “Carambolage” se intuye la influencia congotrónica, esto es solo una parte. Hasta los títulos son evocadores de algo fantasioso: “Dancestral”, con su mezcla griot y operística; “Electrosapiens”, un torbellino techno y tribal; “Austral rêverie”, y su apoteosis coral; “Space Mobylette”, entre drum’n’bass y guitarras africanas; “Ethnicolor”, en el que conviven guimbarda, tambores de Burundi, voces y coros místicos y cofradías gnawa; o “Mars ma terre”, que transporta la llamada de la selva a la pista de baile.
Ya sean pigmeos, percusiones rituales de Benin, kora malí, rústicos instrumentos de cuerda subsaharianos, voces chamánicas, morin juur mongol o el ceremonial sufí que refleja “Sama”, el resultado es un caleidoscopio retrofuturista que huye de lo previsible. Y lejos de ser sacrílego, su trabajo lleva el recorta y pega a una nueva dimensión, que por un lado hace que se tengan ganas de zambullirse en los originales y por otro insufla el vértigo a lo desconocido. ∎