Álbum

Noel Gallagher’s High Flying Birds

Council SkiesSour Mash, 2023

En medio de todos los rumores sobre una posible reunión de Oasis en 2024, alimentados por los propios hermanos Gallagher y la promesa de Liam de llamar a Noel si el Manchester City ganaba la Champions 2023, el último disco de este último ha pasado un tanto inadvertido. Como afirmaba también recientemente Matty Healy –líder de The 1975–, nadie está diciendo “prefiero escuchar a High Flyin’ Birds antes que a Oasis”. Es el sino, justo o injusto, que llevan consigo los mancunianos. El público sigue acudiendo a sus conciertos, pero lo que esperan escuchar es “Don’t Look Back In Anger”, no “We’re Gonna Get There In The End”, el último corte del nuevo trabajo del mayor de los Gallagher.

Quizá el mayor problema que presenta esta colección de canciones es que es exactamente lo que esperas de él. Abundancia de medios tiempos, melodías que suenan familiares en el oído y ninguna sorpresa. El tono general, la portada en blanco y negro y hasta un título que podría rememorar sus tiempos juveniles hacían prometer que se podría tratar de un disco importante en la trayectoria en solitario del británico. Tras la inicial “I’m Not Giving Up Tonight”, tópica aunque elegante con sus suntuosos arreglos de cuerda, aparece “Pretty Boy”, que a lomos de una melodía pegadiza, una caja de ritmos pequeñita y unos órganos levemente psicodélicos –más la presencia de Johnny Marr– es el aire más fresco que presenta el elepé.

El asunto es que esa sensación de novedad es efímera, ya que “Dead To The World” es la enésima balada que Noel Gallagher ha hecho un millón de veces, lo que no quita que, una vez más, sean unas cuerdas estupendas las que elevan el conjunto. “Open The Door See What You Find” es una buena canción de pop, pero a partir de ahí los medios tiempos se van sucediendo hasta convertirse en una amalgama en la cabeza del oyente. Queda la parte de las letras, que supuestamente lidia con los años de infancia y adolescencia en Mánchester. Sin embargo, se echan de menos referencias concretas, detalles que sitúen geográfica y emocionalmente al autor. Faltan historias: ¿cómo fueron esos años?, ¿realmente pensaba en cosas como “No dejes de creer en lo que amas”?, ¿eso es lo que pensaba un chaval de piso de protección oficial?

La escucha de la cuarta entrega de Noel con los High Flying Birds se mantiene siempre en lo agradable, en algún momento roza lo estimable, pero resulta inevitable volver al principio, escudriñar las peleas públicas de los hermanos y pensar que más que este álbum lo que apetece es volver a escuchar en directo lo de “SOOOO SALLY CAN WAIIIIIT…” y sentirse joven de nuevo aunque sea por un momento. ∎

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