Álbum

Olivia Rodrigo

SOURGeffen-Universal, 2021

¿Os acordáis de cuando nos congratulamos porque Billie Eilish pulverizaba vertiginosamente récords de precocidad y lo hacía, además, subvirtiendo las normas no escritas del pop? De eso parece que haya pasado una eternidad –nada mejor que una pandemia para desvirtuar el paso del tiempo– y que difícilmente iba a poderse repetir. Pues poco más de dos años después, aquí entra Olivia Rodrigo para contradecirnos.

Antes del 7 de enero, si no eras seguidor del reboot de “High School Musical” en Disney+ Olivia Rodrigo, una americana-filipina a punto de cumplir 18 años, no te podría sonar de nada. Solo cinco días después, su single de debut, “drivers license”, empezó a reventar récords gracias a su omnipresencia en TikTok. A medio camino entre Lorde y Billie Eilish, pero un poco más como si una Clairo más grunge se hubiese infiltrado definitivamente en el mainstream, el tema conquistó por sus formas de power ballad al piano con letra cargada de teen angst y el agridulce melodrama de los amores rotos. Un hit atípico, sí, pero no olvidemos que Adele es una de las grandes estrellas de nuestros tiempos.

Poco más de cuatro meses después llega su álbum de debut, que, por supuesto, ya ha roto Spotify. En primeras escuchas se le intuyen varios relevos a “drivers license”. “good 4 u”, número uno del Billboard hasta que los tiranos de los charts BTS le arrebataron la primera plaza, es un punk-pop cercano a Paramore para plantar cara con sarcasmo a un ex que le va demasiado bien sin ella. En “deja vu”, otro éxito, también se la ve deambulando por las ruinas de su anterior relación, pero esta vez con un sonido más meloso y la influencia confesa de Taylor Swift, hasta que el puente conduce la canción hacia una segunda mitad algo más gritona, distorsionada y decididamente alternativa. Porque si algo hemos aprendido de las generaciones millennial, y sobre todo Z, es que no se casan con ningún estilo: aquí también hay pura crudeza Fiona Apple, baladas folk, grandiosidad pop y ecos lo-fi y bedroom. “SOUR” podría haberse conformado con ser simplemente el disco de ruptura de los zoomers, pero en él Rodrigo muestra convicción en la voz y también en unas letras cohesivas en lo narrativo. Para ella, ya lo hemos aprendido en el pasado, solo el cielo es el límite. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados