Intuyendo que necesitaba añadir algo más a su programa de lanzamientos –cuenta Richard King en “Freak Scene” (Contra, 2018)–, Ivo Watts-Russell hizo algo muy poco propio de él: se fue a un concierto en el Camden Falcon y contrató a los dos grupos que había en el programa, Lush y
Pale Saints. Era la primera vez que ofrecía un contrato a bandas que solo había visto en directo, pero ambas estaban muy influenciadas por 4AD.
Inspirados por la C86 más melódica y rechazados por Sarah Records –se dice, por ser demasiado originales–, puede que el trío de Leeds encabezado por Ian Masters no sobresaliera en el sello del hombre que descubrió a los Pixies y a Nick Cave, ni se le viera siquiera asomar la cabeza en el momento cumbre del impredecible
revival shoegazing desde su disolución en 1995, pero su debut,
“The Comforts Of Madness” (1990), bien merecía una reedición para su 30º cumpleaños. En él congenian las dos expresiones que marcaron el rumbo del sello: los paisajes oníricos y las guitarras más ásperas al estilo de los de Boston. Lo que se entiende desde la labor de Gil Norton a la hora de dar forma al sonido del grupo tras ponerse al frente del trabajo de estudio en
“Doolittle” (1989) y “Bossanova” (1990) y con la escucha de los extras seleccionados para acompañar las once canciones originales remasterizadas.
Ian Masters ha sido el encargado de rescatar las demos registradas en Woodhouse antes de la grabación del disco y que conforman el segundo CD y el segundo álbum de la edición limitada de dos vinilos transparentes, que completan las cuatro canciones tocadas en directo para John Peel en julio de 1989. El anuncio del lanzamiento prácticamente coincidió en el tiempo con el fallecimiento de Vaughan Oliver, quien junto con Peter Saville y Neville Brody introdujo un nuevo lenguaje gráfico en el diseño de las portadas. Para “The Comforts Of Madness” creó una de sus más remarcables fundas, con sus habituales e ingeniosas yuxtaposiciones.
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