Álbum

Quevedo

DONDE QUIERO ESTARTaste The Floor, 2023

Posiblemente no haya más dura (o peor) prueba de fuego para un artista que tener que certificar tu condición de promesa tras saborear la miel de los éxitos. En esas anda Quevedo, que, con “DONDE QUIERO ESTAR”, tiene que dar respuesta a todo el fanatismo alrededor de su figura como autor de la canción del verano pasado, pero también a los posibles interrogantes que suscita tanto su presencia en ese megahit –la sempiterna “Music Sessions, Vol. 52” con Bizarrap, cuál si no– como en “Cayó la noche” (especialmente su posterior remix). ¿Joven artista prodigio? ¿Diamante en bruto? ¿One hit wonder? Seguramente nada de lo anterior. Afortunadamente para él.

“DONDE QUIERO ESTAR” es un disco correcto en lo formal y muy valiente en lo conceptual: todo esto pasándolo por el filtro de “álbum de debut que no ha salido al amparo de una multinacional”. Comencemos con lo segundo. Es imposible no alabar la determinación del madrileño-canario a la hora de apostar por un larga duración en el sentido máximo de la palabra y por asumir, casi en solitario, la escritura del álbum. También es destacable su elevado grado de presencia –sin apenas colaboraciones– y especialmente el tono y enfoque de la obra. No busca revalidar su “Quédate”: no se anquilosa en sucedáneos EDM ni abusa de la fórmula del rompediscotequeo, algo que, por otra parte, sería lo que yo le aconsejaría si fuese el A&R de una de las grandes o parte de su entourage y si mi propia seguridad financiera dependiera de su éxito comercial.

Al contrario: Quevedo opta –en ocasiones– por la desnudez artística y por lo personal. Y es ahí donde el LP brilla y nos muestra que puede haber algo diferente. Cortes como “ME FALTA ALGO” o el que titula y cierra al álbum dan razón de ser al resultado final. Canciones en las que nos creemos su persona artística, en la que derrama vulnerabilidad y transparencia. Todo ello no es óbice para disfrutar temas que se anclan más en la tradición clásica del reguetón, como “LISBOA” o “ÉRAMOS DOS”. Quevedo es un artista diferente que escapa a los cánones más dogmáticos del género, y cuando se expresa en esa clave es cuando más brilla.

¿Por qué es un disco “correcto”, entonces? En resumen: porque no deja de ser la obra de un artista incipiente. La capacidad letrística de Quevedo –volvemos a destacar la decisión de asumir esta faceta casi en solitario– todavía tiene camino por recorrer, con líricas a las que les falta un grado de profundidad. Su personalidad en este álbum no siempre es consistente y en ocasiones se pierde en lugares comunes que no aportan nada diferente. Si se me permite, una reflexión personal: el discurso de artista que ha tenido que bregar en el come up quizás no encaja demasiado con la realidad de su relativamente rápido y meteórico ascenso, aunque el speech con que Cruz Cafuné abre LP es pura motivación y sin duda la escena de las Islas Canarias se merece el éxito global de uno de sus artistas.

En cualquier caso, si tenemos en cuenta que la música es solo música, Quevedo ha optado por dar un poco de todo a todos. Un primer ecuador del disco más orientado para el público de TikTok; momentos en los que quien busque algo diferente puede verse reflejado; temas que respetan el abecé de su género; colaboraciones que dan fondo de armario y el single de rigor, como “PUNTO G”. Check en la casilla de disco debut y prueba superada. ∎

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