Todo lo depurado se hace esperar. Casi cuatro años se ha tomado la cantante y compositora R&B Ravyn Lenae para dar continuación a “Crush” (2018), su EP en alianza con Steve Lacy, y ofrecernos, por fin, un primer álbum. El tiempo necesario para llegar a alcanzar la mejor versión de sí misma hasta la fecha: la de voz más flexible, la más sutil y madura, la que corrobora que suavidad no es necesariamente antónimo de intensidad.
La acompaña en este viaje, como productor, el joven prodigio Luke Titus, miembro de su banda de directo. Pero Steve Lacy sigue participando en seis temas y Monte Booker, colega en el colectivo Zero Fatigue y productor de sus EPs “Moon Shoes” (Autoeditado, 2015) y “Midnight Moonlight” (Atlantic-Warner, 2017), se reencuentra con Lenae en otros cinco. Todos se pliegan a la visión de una Lenae que puede mostrar dudas en amores, pero demuestra plena confianza en su talento y su misión: sublimar esencias del R&B de las últimas décadas sin dejar de mirar hacia adelante.
“Cameo”, con el toque funk de Lacy, sirve como puente entre “Crush” y el magnum opus que tenemos ante nosotros. En esa misma línea, con todavía mayor nervio, se sitúa la muy sintética “Venom”, en la que vuelve a quedar clara la pasión de Lenae por OutKast; versionó “Prototype” en directo. Igualmente bailable es “3D”, con apoyo del rapero y cantante Smino, otro colega de Zero Fatigue, y un groove absolutamente wonky que parece inspirado por la Brandy del clásico “Full Moon”. Lenae exhibe autoridad vocal, también sentimental: avisa a su amante que si quiere que vayan bien, deberán ir más lentos.
El apartado de slow jams se abre con “Inside Out”, perfectamente fácil de imaginar en la cara suave del “Janet” (1993) de Janet Jackson. En la tierna “Skin Tight”, con Lacy también en voces, todo gira en torno a un delicado “abrázame mientras puedas”. El abrazo lleva a otra cosa en “Light Me Up”, gran cima R&B sobre un sexo no exento de romanticismo: “Si me deseas, dilo alto / Si me amas, dilo con orgullo”. De nuevo, Brandy en el corazón, ahora con ese falsete de magnética ligereza.
¿Y después, a coger el sueño con “Lullabye”? No exactamente. Fijémonos bien en el título, una contracción de “lullaby” (“nana”) y “bye” (“adiós”). Lenae se despide de un antiguo amante y le desea que su nueva chica sepa quitarle el frío. Más expeditiva se muestra en la también engañosamente dulce “Mercury”, a medias con Foushée: “Te odio a muerte / No te atrevas a pronunciar mi nombre”, cantan como quien canta “te querré siempre”.
Además de aglutinar historia(s) del R&B (Janet, Brandy o, casi a cada momento, Aaliyah), Lenae experimenta hábilmente con el afrobeats en “M.I.A.” e incluso se muestra dispuesta a luchar a cadera partida y arrebatar el trono house-pop a Robyn con la fabulosa “Xtasy”, producida por Kaytranada. En la final “Wish” parece sugerir que en casa hay reposo para la guerrera: “Cada noche que te tengo cerca, puedo descansar / Porque tú eres, tú eres mi paz en el estrés”. ∎