Tras una carrera ascendente mostrando su peculiar perspectiva de lo que debe significar el country en el universo tecnológico del siglo XXI –con un brillo especialmente afilado en 2019 en el álbum “Sound & Fury” y piezas como “Mercury In Retrograde”–, en sus dos trabajos de 2020, “Cuttin’ Grass Vol. 1” y “Cuttin’ Grass Vol. 2”, con la excusa de la pandemia, Sturgill Simpson se dedicó a reconvertir temas propios en clave roots con instrumentación de folk que se codea con bluegrass, lejos de los ribetes psicodélicos de antaño. Prosigue ahora en su exploración de las raíces a través de “The Ballad Of Dood & Juanita”, un trabajo de country conceptual inspirado en la narrativa wéstern americana que mezcla rifles, mineros, indios y guerra civil.
El gancho del disco se centra en la historia, en la descripción de los personajes a través de una pluma certera en la rima, y en el country de manual –preciso y a la par exultante– tan bien ejecutado, mezclando valses tejanos, hillbilly con el violín lanzado en pos del banjo y de la mandolina cabalgando sin bridas, y melodías archiclásicas muy adictivas (“Juanita”, con solo de Willie Nelson y ramalazos del Joe Ely de 1977).
Lo que más atrapa es el guion. Tanto la narrativa como la destreza manejando los versos, que entre los compositores de country siempre ha sido bastante ingeniosa, desvelándose canción a canción como si se tratase de un wéstern tipo “Sin perdón” (Clint Eastwood, 1992). Dood, hijo de minero y de mujer de la comunidad entonces india de Shawnee –por cierto, ciudad natal de Brad Pitt–, encontró en Juanita a su media naranja, con la que compartía granja y dos hijos. Un día ella le fue arrebatada por un bandido, iniciando Dood la búsqueda sobre una mula llamada Shamrock acompañado por su perro Sam. Llegó Dood a encontrarla, pues el forajido la había cambiado a los indios por caballos. Y hasta aquí para evitar el spoiler.
La descripción de los dos animales es impagable en sendas canciones con su nombre. “From the hightop to the holler, no places Sham can’t go. Old Dood on top, deep in the saddle hollering, whoah boy whoah, whoah boy whoah”, reza el contagioso estribillo de “Shamrock”. Mientras prosigue la persecución, Sturgill recuerda las razones por las que Dood quedó prendado de Juanita. “Juanita, where’d your mama get that name? There’s no señoritas from the mountains where you came, and if I ever saw one, she wouldn’t be pretty as you, with black hair so long, soft eyes so blue”. Para hacernos una idea del grado de complicidad entre este tipo de música y lo que cuenta, merecería una calificación de notable alto –rozando el sobresaliente– según los cánones implantados por “Lily, Rosemary And The Jack Of Hearts” de Dylan, demostrando un profundo conocimiento del poder de transmisión de las fábulas inspiradas en aquellos tiempos de aventura.
Impecable en las formas gracias a la buena mano de su autor, este disco suena a country de verdad. ∎