Que Oscar Mulero se haya implicado en la producción y elaboración de algunos
beats para este disco de
TERRITOIRE amplifica la sensación de que Olivier Arson ha dado con algo único en este trabajo: siete viajes hacia la duermevela de sus pensamientos. Recreaciones de oscuridad cautivadora labrada con sonidos que emergen borrosos, a medio hacer, ampliando brutalmente la subjetividad del receptor. Las misteriosas extensiones del drone articulan una caligrafía propensa a un ideal: encontrar belleza en el miedo. Desde los latidos iniciales de
“Sourd” se masca una tensión cruda. La voz procesada de Olivier es como un bosquejo industrializado de Tricky. Como si buscara tomar forma humana, pero sin luchar por conseguirlo.
En
“Esclvvv” el tacto es arábigo. Eso sí, en todo momento el cuidado de las texturas remite a las producciones dubstep de Pole, aunque encapsulando el abismo del eco industrial. Es el caso de
“Soumission”, donde la brisa metálica raspa el aire hasta ahogarlo. La panorámica es vertebrada mediante un empleo quirúrgico de resonancias lejanas, una suerte de dark ambient que no se sabe si te arrastra a su cueva o te expulsa de la misma. Como en
“Exil”, siete minutos que harían palidecer a Nurse With Wound, donde la materia sónica es rajada por la mitad y envasada al vacío. Bellos horrores de otra dimensión, terriblemente cercana. ∎