Tóti Guðnason

Presentada en el pasado Cannes y ganadora en el último Sitges, “Lamb” es el debut en el largometraje de Valdimar Jóhannsson, un debut respaldado por varios nombres de peso: está coescrita por Sjón, uno de los novelistas, poetas y dramaturgos más respetados de Islandia (y colaborador habitual de Björk desde los tiempos de Sugarcubes), uno de su coproductores es Béla Tarr y la sueca Noomi Rapace (también coproductora) ofrece una de esas rotundas y matizadas interpretaciones (también premiada en Sitges) a las que nos tiene acostumbrados desde que dio el salto a la fama como la Lisbeth Salander de “Millennium”.

Los imponentes paisajes islandeses enmarcan esta fábula sobre ovejas, pérdida y maternidades poco convencionales que integra naturaleza y los deseos humanos sin forzar la máquina melodramática ni cargar las tintas en los elementos fantásticos de la historia, algo que ha captado a la perfección Tóti Guðnason en su estreno como compositor de bandas sonoras.

Guðnason, guitarrista del cuarteto Agent Fresco, ha entregado un score breve (no alcanza la media hora de duración), atmosférico y moderadamente lírico que sirve adecuadamente a los propósitos de misterio de este “folk tale” contemporáneo donde lo extraordinario se recrea con estoica cotidianidad.

Colaborador ocasional de Hildur Guðnadóttir (su hermana; en la banda sonora de “Joker” aparece acreditado como “additional musical sound design”) y del difunto Jóhann Jóhannsson, la alargada sombra de ambos compositores resuena en la docena de breves cortes de “Lamb”, con cuerdas (violín, viola y chelo) en estado febril (“Searching For Ada”), perturbaciones electrónicas mesuradamente pesadillescas (“Mothers”, “Uncle Pétur”) y contenida épica final (“DÝRIД, título original del filme y el tema más largo del lote).

Un soundtrack que sirve tanto a sus propósitos de ilustrar, sin invadir, imágenes en movimiento como de sugestiva escucha sin necesidad de recurrir a las mismas. Algo que no siempre se logra. ∎