Disco destacado

Wolf Alice

Blue WeekendDirty Hit-Music As Usual, 2021

Un poco como Angel Olsen con “All Mirrors” (2019), Wolf Alice creían tener terminado su tercer disco, “Blue Weekend”, hasta que decidieron rendirse a un productor con visión (Markus Dravs, habitual de Arcade Fire) y dar todavía mayor grandeur y expresividad al repertorio. El resultado es un álbum de sugestivos contrastes. Un poco como los black midi de “Cavalcade” (2021), Wolf Alice nunca han sonado tan íntimos, como tampoco tan gigantescos.

“The Beach”, el corte de apertura, tiene algo de declaración de principios. Empieza de forma tensa pero miniaturista, con percusión simple y rasgueo delicado. Una cita del comienzo de “Macbeth” avisa que llegará la tempestad: “¿Cuándo habremos de vernos, con el trueno, otra vez, con el rayo o la lluvia, reunidas las tres?”. Poco a poco, se impone el crescendo: Ellie Rowsell se hace coros a sí misma, asoma un giro melódico de infarto… Pero en el momento en que debería llegar la catarsis, eso sí, llega el silencio. Crescendo con idiosincrasia.

Antes parecía fácil desentrañar su fórmula mágica, una que según ellos nunca fue consciente: revival imaginativo de sonidos que nacieron cuando los miembros del grupo gateaban, como el grunge, el shoegazing y un poco de punk riot grrrl. Algo hay de todo ello en “Blue Weekend”, pero a la receta se añaden esencias pop, soft-rock e incluso country más propias de los setenta que de los noventa. Y lo que antes eran letras sobre cualquier juventud londinense pueden ser relatos de glamur decadente en Los Ángeles: escúchese/léase “Delicious Things”, con uno de los mejores estribillos del álbum.

El mejor, sea como sea, corresponde a “Lipstick On The Glass”, elucubración sobre unos Cocteau Twins con esteroides, que quizá sea lo mismo que decir Curve: reivindiquemos. Cierto regusto industrial se impone también en el riff zumbante de “Smile”, canción sobre el derecho de Rowsell (aquí en fase casi rap) a no sonreír todo el tiempo. Después de lo más “naturalizado”, “Safe From Heartbreak (If You Never Fall I Love)”, llega la mutante “How Can I Make It OK?”, en la que suenan como Fleetwood Mac producidos por Daniel Lopatin. En esta misma línea se sitúa “No Hard Feelings”, balada folk con una coral final de ciencia ficción.

Al disco no le falta un tema punk destinado al mosh, “Play The Greatest Hits”, cuya letra casi parece una defensa preventiva irónica contra quienes puedan decir que estos Wolf Alice no son exactamente los de antaño. No, no lo son, porque nunca antes habían usado sintetizadores de forma tan rotunda como al final de este tema o durante el estribillo del himno a la masturbación “Feeling Myself”.

Para Rowsell, los veintibastantes parecen años de amistades y relaciones duraderas que empiezan a desintegrarse, igual que lo hace la naturaleza en 2021. La balada en crescendo “The Last Man On Earth” es espejo de nuestro egoísmo. Pero el grupo no quiere dejar un amargo sabor de boca y, justo después de la conciliadora “No Hard Feelings”, cierra el círculo con la elegíaca “The Beach II”, promesa de una felicidad sostenible. ∎

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