Si existe algo parecido a un Eurotúnel que conecte la sabia musical (la contemporánea y la histórica) de la Gran Bretaña con la vasta región de Francia, You Said Strange deben ser usuarios asiduos. El cuarteto oriundo de Giverny, una pequeña localidad de la región de la Normandía, no esconde su marcado deje británico en una propuesta que adopta el inglés como idioma.
Reverencias a la amplia galaxia musical anglosajona que han diseminado desde los inicios: ese primer álbum (“Salvation Prayer”, 2019), grabado en Portland bajo el tutelaje de Peter G. Holmstron (The Dandy Warhols), y en el que ya dejaron establecidas sus preferencias musicales. Su segunda criatura nació en diciembre de 2021: “Thousand Shadows Vol. 1” afianzaba su orientación con un primer lote de ocho canciones inspirado por la gira que los llevó por Estados Unidos y Europa. Un trabajo de reválida que al final ha resultado ser mellizo porque justo ahora presentan un segundo volumen, “Thousand Shadows Vol. 2”.
La banda francesa preserva en esta segunda entrega la continuidad genética con el anterior retoño, y redondea su puntería melódica en varios temas destacados. Eliot Carrière, Martin Carrier, Matthieu Vaugelade y Hector Riggi siguen imprimiendo en su enseña sonora su predilección por el indie pop, el pop psicodélico, el alt-rock y un shoegaze que parecían en desuso, y cuya aceptación en su tierra de origen resulta, como mínimo, poco exportada. Su música oscila entre parajes de ensoñación melancólica que dejaron hace tiempo de ser mimados por las megacorporaciones del streaming y temas en que endurecen su material, como si buscaran salirse de la autopista iluminada para embarrarse de desazón por carreteras secundarias angostas y sin asfaltar.
Esa dualidad queda fijada en “(Song For A) Wasted Land”, tercer y rocoso corte en el álbum que los sitúa como los homólogos franceses de Shame, Squid y Black Country, New Road, así como otros compadres de la nueva ola post-punk salidos de la angustia pos-Brexit. Un sencillo de avanzadilla que manifiesta las muy estimables prestaciones de la formación.
Antes, y correspondiendo a su faceta más melódica, bañada por la melancolía y los condimentos lisérgicos, escuchamos “No Way Out” y “The Raft (No Way In)”, que sintonizan con ese pop tecnicolor de pliegues psicodélicos y pulsación rítmica calmada que tiene, al otro lado del Canal de la Mancha, dignos avaladores en bandas como Temples y Django Django. Mismas coordenadas transitadas por “Control”.
Tras el interludio a piano de “Rats”, “Trade Your Soul” devuelve su versión más seca, apagada y desalentada, esta vez con conexiones, en ese casi no canto de Carrière, con Dry Cleaning y Black Country, New Road.
Temples vuelve a asaltar el circuito sináptico cuando la aguja se coloca en “Eastern Side”, pop que navega por aguas lisérgicas de baja dosis, alteradas por una extensión de apariencia improvisada donde los instrumentos de viento se abren paso.
Cierran su inspirado segundo volumen con “What A Day”, nueva aproximación a esa dualidad de luces y sombras, de lisergia luminosa y post-rock encabronado. Ocho cortes impolutos de una banda anacrónica que le hubiera gustado levantarse un día con otro prefijo telefónico, pero que queda demostrado que no lo necesitan; convierten sus conexiones anglosajonas en material de perenne calidad. Hurra la France! ∎