Nuevas tragedias contemporáneas. Foto: Marc Mampel
Nuevas tragedias contemporáneas. Foto: Marc Mampel

Teatre Akadèmia

“Paradise”, el diálogo teatral entre Kae Tempest y Sófocles, en montaje de Moreno Bernardi

La celebrada obra teatral de Kae Tempest “Paradise” (2021), reelaboración de “Filoctetes”, la tragedia de Sófocles, llega este 19 de junio, y hasta el 7 de julio, al Teatre Akadèmia de Barcelona en el montaje dirigido por el reputado Moreno Bernardi al frente de la compañía Lo Spazio.

Desde muy joven, Kae Tempest escribe, escribe, escribe sin parar, “pero sin conectar lo que escribía con el amor que tenía por el lirismo y las rimas”, le comentaba a Clint Dyer –director artístico adjunto del National Theatre de Londres– en una conversación para la serie “Life In Stages”. Hasta que un día, un amigo suyo, el batería Kwake Bass, le enseñó a jugar con su teclado DJX y le dijo: “Necesitas encontrar lo tuyo. Yo tengo mi percusión, tengo mi música. Tú has de encontrar lo tuyo”.

Lo suyo acabó siendo la palabra, aquellas cosas que escribía sin decirle a nadie. La palabra en muchas formas: Tempest se maneja igual de bien en el rap, la poesía, la novela y la dramaturgia. Como artista discográfica sorprendió con “Let Them Eat Chaos” (2016), largo poema musicado sobre los peores males globales de entonces, que siguen siendo tristemente los de ahora mismo: corrupción política, crisis migratoria y de refugiados, calentamiento global. En el siguiente, “The Book Of Traps And Lessons” (2019), se dejó contagiar por el conocido minimalismo de Rick Rubin, nuevo colaborador en la producción. Aún mejor que cualquiera de los dos era “The Line Is A Curve” (2022), con bases electrónicas y mensajes contundentes, sobre todo en la definitiva “More Pressure”, listado de cosas que sobran y faltan en este mundo: “Menos confusión / más intuición / más conexión / más naturaleza / más protección”.

La dramaturgia de Kae Tempest.
La dramaturgia de Kae Tempest.

Casi diez años atrás, en 2013, su largo poema “Brand New Ancients” le había valido el premio Ted Hughes; era la primera persona con menos de 40 años en recibirlo. Obra (maestra) marcada por los mitos griegos, que Tempest había estudiado en Goldsmiths y que se filtraron también en su colección de poesía “Hold Your Own” (2014), basada en la historia del profeta Tiresias, aquel que experimentó uno y otro sexo; o, por supuesto, su celebrada obra teatral “Paradise” (2021), reelaboración de “Filoctetes”, la tragedia de Sófocles.

Tras su estreno en 2021 en el Olivier, el mayor escenario del National Theatre de Londres, “Paradise” llega este 19 de junio al Teatre Akadèmia de Barcelona en el montaje dirigido por el reputado Moreno Bernardi al frente de la compañía Lo Spazio, primera de Europa que ha propuesto su puesta escena tras el estreno original.

Zúbel Arana, Sara Palomo y David Flores, ante el reto de “Paradise”. Foto: Marc Mampel
Zúbel Arana, Sara Palomo y David Flores, ante el reto de “Paradise”. Foto: Marc Mampel

Hacia una moralidad contemporánea

Interpretada por primera vez en el año 409 aC, la obra de Sófocles es, en esencia, la historia de tres soldados. El más importante, el personaje titular, conocido por haber encendido la pira funeraria de Heracles y haber recibido su arco como recompensa, fue abandonado por Odiseo en la isla de Lemnos de camino a Troya. En el décimo año de la guerra, Odiseo necesita que Filoctetes luche otra vez con ellos y se dirige a su encuentro en compañía del joven soldado Neoptólemo. No será tan sencillo sacarle de esa isla de los abandonados.

En un principio, “Paradise” iba a ser una obra en la que los hombres actuaban y las mujeres observaban desde los márgenes, pero acabó teniendo un reparto solo de mujeres, algo que permitía subrayar el aspecto performativo de la masculinidad. Por entonces, Tempest estaba en mitad de su propia transformación de género: en agosto de 2020 se presentaba como persona no binaria que usaba el pronombre plural “they/them”.

En su relectura, Tempest respeta la estructura de la obra, pero pone en cuestión otros aspectos, como la devoción por la batalla de una obra en principio antibélica. El fin último es trasladar todo a una moralidad contemporánea. Según le explicaba Tempest a Dyer en la entrevista que citábamos al principio, la pregunta quizá clave era: “¿Cómo tomas algo de un tiempo que era tan diferente en términos de ética y moralidad y haces que signifique algo para nosotros?”.

Uri Guillem, Roger Sahuquillo y Albert Muntané: al paraíso por una escalera. Foto: Marc Mampel
Uri Guillem, Roger Sahuquillo y Albert Muntané: al paraíso por una escalera. Foto: Marc Mampel

El montaje del Teatre Akadèmia

El director y dramaturgo Moreno Bernardi participó en 2018 en una producción de “Filoctetes” para el Festival de Mérida. Artista de múltiples cualidades, en aquella ocasión ejerció como coreógrafo del coro y coach de los actores para la construcción de sus personajes. Quedó fascinado por la fluidez del concepto “héroe” en manos de Sófocles. “Cualquiera, según la ideología o el uniforme que lleve en la vida, puede transformarse en héroe o en alguien socialmente importante o bien visto”, le explica a Fernando Solla –jefe de prensa y adjunto de dirección artística del Teatre Akadèmia– en una entrevista realizada para el dosier de prensa del espectáculo. “Y cualquier persona con un equilibrio o bienestar que le permita pensar o imaginar que ha llegado a una serie de privilegios en su existencia puede caer no tanto en la desgracia como en la posibilidad de ser totalmente aislado de la sociedad. Para mí, tanto Sófocles como Kae Tempest hablan exactamente de esto. No tanto de la desgracia en sí del individuo, sino de la sociedad como mater operandi. Es decir, aquel cerebro que decide cómo tenemos que operar entre nosotros, pero que a la vez también es aquel monstruo que, una vez has conseguido aislarte de él, te deja en la nada más absoluta”.

A la hora de revisar la relectura, Bernardi se centró primero en el sonido. La idea no era, en realidad, ocupar el espacio con parafernalia sónica, sino que se volviera a escuchar la palabra. La palabra es todo, opina el director. “Todo significa que es motor de visiones, y para que sea motor de visiones debe tener una calidad artística, una densidad plástica, un sonido que resuene como relámpago en un cielo sereno, suficientemente potente como para que nuestra consciencia aburrida, prosaica, del día a día, se despierte”. Pero también hay música; no canciones, como en ese “Macbeth” con protagonismo del cantante y rapero BOYE, sino clásica contemporánea compuesta por el propio Bernardi y con David Flores al violín.

“Yo he abstraído la esencia del texto de Kae Tempest y la he vestido con todo el lenguaje plástico, visual y escénico que el teatro permite”, dice Bernardi. Como el primer “Paradise”, es una obra elevada en un lugar sin tiempo, sin año cronológico. Y en esta ocasión, sin edades: Neoptólemo, teóricamente más joven que Filoctetes, está interpretado por Albert Muntané, en realidad mayor que Roger Sahuquillo, el actor que da vida a Filoctetes. Lo que sí está determinado es el tiempo que podremos ver la obra en el Teatre Akadèmia de Barcelona: del 19 de junio, recordemos, hasta el 7 de julio, avisemos. ∎

Teaser de “Paradise”, realizado por Marc Mampel.
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