No, esto no es una competición de cosplay en un salón rural del manga. Tampoco es la foto de “así están 20 años después” los protagonistas de la serie de dibujos “Dragones y Mazmorras”. No es una convención incel reunida para celebrar un torneo de Quiddicht. Esto es la realidad: es la fiesta de disfraces con la que los de Santiago Abascal festejaron su “Viva 22”, una convención ultraderechista que ya antes de celebrarse había levantado cierto revuelo por contratar al rapero SantaFlow para que cantara que quiere “pegar al mariconazo de Jorge Javier”.
Y, cuando creíamos que nada podía superar este esperpento, llegaron Los Meconios y se hicieron virales con una canción de letra churrigueresca con muchísimos despropósitos resumidos en su propio título: “Volver al 36”. Doy paso a Alán Barroso, que siempre es finísimo a la hora de explicar estas barrabasadas.
¿Recuerdas cuando a la gente le dio por responder a lo de “me cago en la puta” con un “no manches el nombre de las putas, que ellas no tienen la culpa de que seas imbécil”? Pues algo similar va a empezar a pasar con los hackers, pobrecillos. Parece que, a día de hoy, basta con echarle la culpa a los hackers si la lías en Twitter.
Un claro ejemplo lo tenemos en la que se ha montado con Iker Casillas. Según me informan por el pinganillo (porque yo no tengo ni idea de fútbol ni intención de tenerla), Casillas estaba un poco harto de que le preguntaran por su novia en la red social y colgó un tuit en el que decía“Espero que me respeten: soy gay”. A lo que Carles Puyol, otro exjugador (este inciso va para los fútbol-fóbicos como yo), respondió tal que así con otro tuit: “Es el momento de contar lo nuestro, Iker”.
Twitter se tiró encima de los jugadores alegando que basta ya de bromitas gay en los vestuarios futboleros. Al fin y al cabo, y ahora me pongo serio, por todos es sabido que el mundo del fútbol es uno de los más tóxicamente homófobos que existen dentro del deporte. Y aquí llega lo divertido… Porque Puyol se disculpó con este tuit. Chapó para él. Pero Casillas se hizo la picha un lío con este otro.
La red social no ha podido evitar señalar la contradicción: si te hackearon la cuenta, ¿por qué las disculpas con la comunidad? Obviamente, porque Iker sabía que nadie se iba a creer que la culpa de todo la tuviera Hackerman.
La que no se anda con jueguecitos es Madonna. La Reina del Pop decidió que la mejor forma de responder a los comentarios sobre el rollo bollo que se trae con Tokischa en su nueva versión de “Hung Up” era precisamente con este TikTok.
Al fin y al cabo, la carrera de Madonna ha estado sembrada de rumores de lesbianismo, bisexualidad, pansexualidad y todas las sexualidades que se te puedan ocurrir. Lo que pasa es que, antes, si una mujer hacía alarde de tanta exuberancia (y variedad) sexual, era una guarra. No había vuelta de hoja. Por suerte, los tiempos cambian. Y, precisamente por eso, está plenamente justificado que la artista se defina a sí misma como gay (más todavía en idioma anglosajón, donde “gay” se utiliza muchas veces como sinécdoque de todo el espectro queer).
Aprende, Iker. ∎