Hace unos días, un amigo periodista subía a su Instagram una serie de stories en los que venía a decir algo del tipo “no puedo estar más feliz de haber tenido la suerte de vivir un evento cultural tan histórico como el lanzamiento del ‘brat’ de Charli XCX”. A lo que yo pensé: joder, macho, cómo nos gusta en nuestro oficio un buen maximalismo. Un buen sacar las cosas de quicio para que nos hagan un poco de casito.
Lo que pasa es que, desde entonces, las redes sociales se han teñido del verde de la portada del disco de Charli XCX y, sobre todo, de un concepto, el brat summer, que ha empezado a sonar fuerte como banda sonora de todos los viajes, fiestas y desbarres de tus amigos de Instagram. Siempre usando el hashtag adecuado: #bratsummer. Porque a lo mejor lo de “evento cultural histórico” se le fue de las manos a mi colega, pero una cosa está clara: “BRAT SUMMER STARTS NOW”.
Aunque, claro, esto nos obliga a preguntar: ¿en qué consiste exactamente esto del brat summer? Y la respuesta es compleja porque, al final, como suele ocurrir en este tipo de eventos virales, cada uno se lo toma como le da la real gana. Si alguien me pregunta a mí, que para eso esta es mi sección, tendría que responder que el brat summer va a ser este verano en el que todos nos comportaremos como los mocosos que somos, le daremos caña a la fiesta por encima de nuestras posibilidades, con una buena ración de noches que se harán mañanas en compañía de las amichas, muchas resacas compartidas al amparo del mismo ventilador, mucho frotar la cebolleta en la pista de baile cada velada con alguien diferente. Todo ello vestidos en colores neón como neón es el verde de la portada de “brat”. Y todo ello siendo religiosamente documentado a través de stories, reels e incluso Instagram Lives como las influencers que somos, aunque tengamos treinta followers. ¿Para qué escatimar a la hora de retransmitir este brat summer que debe ser una experiencia compartida de forma mocosa y comunal?
Este es mi brat summer, aunque estoy abierto a otras definiciones. Y, sobre todo, estoy abierto al aluvión de memes y virales que ya han empezado a aterrizar en redes sociales y que no pueden parar de ver el brat summer por todos lados. Al fin y al cabo, el verde chillón de la portada de Charli XCX ha empezado a filtrarse por las grietas de la Matrix recordándonos que este color ya lo vimos antes en cierta película y en cierta reina. Preparémonos para las brat news y, sobre todo, para que el brat summer se cuele en nuestra realidad cotidiana como ocurre en este tuit o en este otro.
Preparémonos también para que las redes nos sorprendan con vídeos preexistentes que se ajustan perfectamente al concepto de marras, tal y como ocurre con este baile de mocosos o con una que no falla nunca: Lady Gaga con el mítico “no sleep, bus, club, another club, another club, plane, next place, no sleep, no fear” que describe a la perfección lo que va a ser nuestro brat summer. Preparémonos, sobre todo, para la realidad sintetizada en este tuit: “said you wanted a brat summer and now look at you on antibiotics 😕” (“dijiste que querías un verano brat y mírate con tus antibióticos”). Preparémonos, en definitiva, para que se bratifique absolutamente todo. Pero, sobre todo, preparémonos para que sigan lloviéndonos refrescantes locuras como este vídeo que soy yo en unas semanas veraneando con mi pobre madre o mi favorito por ahora: Jasmine y Jafarina viviendo su brat summer particular. Por favor, ¿puede ser Jafarina mi nueva mejor amiga?
Esta semana, la noticia sorpresa que no sorprende a nadie ha sido la de que han detenido a Nacho Cano acusado de contrataciones irregulares en su espectáculo “Malinche”. Presuntamente, el ex-Mecano trajo a España a 19 artistas mexicanos con una beca que vulnera los derechos de los trabajadores y favorece la inmigración ilegal. Si la acusación progresa, las penas a las que se enfrenta Cano serían considerables: entre dos y cinco años de cárcel por cada una de las acusaciones, lo que suma entre cuatro y diez años de prisión.
Pero, más allá del mero hecho informativo, Nacho Cano asoma la nariz en esta sección por su extraña decisión de convocar una rueda de prensa en la que dar su versión de los hechos. Y su versión de los hechos viene a decir tal que así:
Lo que ocurre es que en redes han tardado cero coma en ponerle los puntos sobre las íes, ya sea al respecto de eso de que “España está llena de inmigrantes ilegales que cobran dinero del Estado, no como yo, que lo pongo de mi bolsillo” o recordando que su relación con Ayuso viene de lejos.
Precisamente sobre la conexión Cano-Ayuso ha hablado claramente Alán Barroso: “La última vez que Ayuso salió a defender a un presunto delincuente diciendo que era ‘una persecución política’ resultó que el tío había defraudado 350.000 euros y hasta lo había confesado. Ahora hace lo mismo con Nacho Cano diciendo que esto es estalinismo”. Pablo Echenique, por su parte, se ríe de la advertencia del artista de que pueden acabar encontrándolo muerto en una cuneta por culpa de este valiente acto de tirar de la manta. Aunque el mejor resumen de todo el tinglado lo hace Juan José Millás: “A la cabeza de la campaña de desprestigio contra Nacho Cano se ha puesto, increíblemente, Nacho Cano”.
¿Está quedando todo esto demasiado serio? No pasa nada, que para eso están las redes sociales. Para alucinar con Víctor Sandoval llegando a la rueda de prensa con un disfraz de insecto porque es el aniversario de Kafka o para reírnos no con pero sí de Alaska pidiendo una camiseta con la foto policial de Cano. También para chotearnos con memes que recuerden a “12 años de esclavitud”, que propongan variaciones de letras clásicas de Mecano o que nos traigan a la memoria a Mauricio Colmenero. Definitivamente, “same energy”.
Esto no lo vimos venir. A lo mejor, porque estamos demasiado ocupados con el brat summer. A lo mejor, porque la carrera de Kesha tampoco ha sido para tirar cohetes, sobre todo en los últimos años. Da igual por lo que sea, porque resulta que, de repente, la tía ha puesto el temón “Joyride” sobre la mesa… y ahora las redes solo tienen ojos para ella. Incluso por encima de otras que están a punto de lanzar nuevo material. No es para menos, la verdad. Hay que reconocer que la canción es una rarunada bien gozona y que incluso la artista le ha visto un potencial friki que ya está explotando en sus directos.