La caída de las Torres Gemelas no solo fue un punto y aparte en la Historia por su significado social y geopolítico. Lo que marca lo que muchos definen como la línea en la que empieza la Generación Z es que fue la primera pisada en el camino de cómo vivimos la realidad global y las noticias hoy en día a través de internet. Hacer predicciones de que este 20º aniversario va a estar lleno de internet drama y de bad takes sería el equivalente a que un tarotista te contase que pronto encontrarás trabajo tras un sutil pero arduo interrogatorio sobre tu vida. Lo vemos venir desde lejos.
Twitter actual se encuentra en una cultura del “personaje principal” en la que cada día alguien necesita ser el protagonista de una red social entera; cuando esto colisiona con eventos globales… el cringe está servido. Jon Oringer, CEO y creador de Shutterstock, estrenaba así el que sería su momento de gloria en Twitter, antes de borrarlo todo bajo las críticas: haciendo un hilo de cómo ver las Torres Gemelas caer le inspiró para comenzar su “viaje de emprendedor” y montar una compañía de fotos de stock.
“La tecnología avanza a pasos agigantados” es un cliché que no se puede sentir más real esta semana, en la que El Salvador ha lanzado el bitcoin como moneda de curso legal, convirtiéndose en el primer país en hacerlo. Ahora, en el país centroamericano todo se puede pagar en bitcoins, hasta las hamburguesas de McDonald’s. La propuesta ha sido empujada por su nuevo presidente, Nayib Bukele, un cryptobro con barba perfilada, gafas de sol y visera del revés que parece una persona que te aparece en los anuncios de YouTube tras haber tecleado una vez en Google “qué es un ethereum”. Bukele puso en marcha este plan con la premisa de que la implantación del bitcoin reduciría los costes de transacciones y atraería inversión extranjera. Por ahora, todo tiene un aspecto a prueba piloto hecha por agentes globales antes de poner en funcionamiento el plan en “países reales”, y no una que esté saliendo muy bien: en ese día histórico el bitcoin respondió con una caída del 10%.
Elizabeth Holmes, la creadora y CEO de Theranos y protagonista de uno de los escándalos más importantes de los últimos tiempos, también fue la cara visible del avance de la tecnología hace unos años. Esta semana empieza su juicio por fraude. Su compañía decía haber inventado la tecnología para hacer pruebas rápidamente en cantidades muy pequeñas de sangre, pero resultó que esto nunca fue cierto y que Elizabeth Holmes pensaba en gaslight-gatekeep-girlbossear el camino hacia inversiones que permitieran que lo fuese.
Devermut también han descubierto que toda girlboss acaba cayendo por su propio peso. Tras años de construir una marca personal (intuimos que bastante lucrativa) haciendo divulgación de temas sociales a través de Instagram, el pasado fin de semana denunciaban haber sido expulsadas de una discoteca por motivos homofóbicos. Una cámara de seguridad ponía en duda su palabra con un vídeo en el que se las veía siendo echadas del recinto tras increpar a otro asistente.
La bronca habría sido anecdótica si no hubiese sido por las ganas que había en las redes sociales de hacer un #devermutisoverparty. Las dos chicas llevan años saliendo de una polémica para meterse en otra: si no era por los comentarios o merchandising que apunta a un feminismo abiertamente transexclusionario, era por hacer infografías en las que simplifican datos y los presentan de manera efectista, perdiendo el sentido divulgativo a favor de los likes. Por ahora han perdido más de 60.000 seguidores en IG.