Oprah en plan entrevista.
Oprah en plan entrevista.

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Oprah, Meghan Markle, Lola Bunny, criptoarte y las vergüenzas del purplewashing

Los comentarios calificados por los más cautos como “conversación de bar” que se colaron en un directo de Facebook sobre la gala de los Goya dejaban el pasado sábado un escenario perfecto para comenzar la semana del Día de la Mujer. Internet estaba preparada para sacar a relucir las cosas que ya sabíamos.

La viralidad que se esperaba de la entrevista de Jordi Évole a Ibai quedó eclipsada por otra entrevista, a priori más cercana al ámbito de la prensa rosa, pero que las redes sociales hicieron suya. La de Oprah Winfrey a Meghan Markle y Harry de Inglaterra, duque de Sussex, se expandió por la red primero en formato de clips cortos que iban a los puntos clave de una entrevista que duraba casi hora y media, y después en forma de memes. Aprovechando la fuerte gesticulación de Oprah y cambiando los subtítulos a otros contextos fuera del marco de la realeza, el 8-M se aligeraba un poco del ya típico purplewashing que inunda las redes ese día. Internet ha tenido su propia revisión de lo que ha pasado: quienes vieran la entrevista al completo, pudieron leer fácilmente entre líneas el movimiento publicitario de Archewell, la nueva organización sin ánimo de lucro de Harry y Meghan. Pero la red solo se ha hecho eco de las partes que han servido como gasolina para incendiar las bases de la mayor institución en un país, Reino Unido, que es la misma cuna del imperialismo. Los resultados no han tardado en generar una onda expansiva: Piers Morgan, presentador británico conocido siempre por tener la peor opinión posible de cualquier cosa y hacer tuits misóginos sobre toda mujer que cruce su cabeza, ha sido invitado a dejar el programa “Good Morning Britain” por su ensañamiento con Meghan Markle. Amigas, no todo está perdido.

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Volviendo al purplewashing que hemos mencionado (usar el feminismo con fines lucrativos), listar las bochorneces por parte de las corporaciones en el 8-M nos llevarían cuatro artículos. Por suerte, podemos ir al grano porque ya hay ganador del premio Peor Tweet Posible™: la cuenta oficial de Burger King en Reino Unido ha sentado nuevos precedentes en estándares bajísimos con un tuit ya borrado: “Women belong in the kitchen”. Su objetivo era subrayar que tan solo el 20% de los chefs son mujeres, pero este mensaje (que ya es pocho de por sí) se ha perdido en el camino de los retweets. Lo más triste/gracioso: que esto no sea cosa de un CM que va a ser despedido, sino que hay versiones impresas en flyers del mensaje que indican que hubo toda una serie de decisiones en emails corporativos de aprobación sin que nadie se llevase las manos a la cabeza.

<a href="https://twitter.com/elijahg38/status/1369115673880854528" target=“_blank”>Ver tuit</a>

El criptoarte y los NFTs están pasando su segunda ronda de debate: tras unas intensas semanas en las que hemos intentado entender qué son, el ojo ahora está puesto en cuánto contaminan. La compraventa de NFTs se realiza con la criptomoneda Ethereum, que por lo que unos apuntan consume 35 kWh por transacción media, el equivalente a un residente europeo en cuatro días. Explicado de forma simplificada: cada interacción de la criptomoneda es tan complejo a nivel de datos que requiere toda esta energía de las granjas mineras a las que se les manda una señal para que trabajen intensivamente. Los creadores de Ethereum están intentando crear una nueva moneda que sea menos agresiva con el medio ambiente (Ethereum 2.0), pero, mientras tanto, muchos involucrados en el negocio del criptoarte han pulsado pausa.

Non-Fungible Token: ¿activo digital que representa algo único?
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La semana pasada se anunciaba un nuevo adelanto de la película de “Space Jam: A New Legacy” (Malcolm D. Lee, 2021), en la que las miradas de todos los enemigos de la corrección política se giraban hacia una Lola Bunny vestida en un chándal de básquet más holgado que de costumbre. Y entonces vino la locura: se viralizan dos imágenes que, puestas una junto a la otra, comparan la nueva apariencia del personaje con el supuesto diseño original de 1996, pero que en realidad es un fanart furry de un usuario llamado Spiritto. Lola Bunny deja de ser un dibujo animado infantil y se convierte en un mártir de la vieja feminidad conejil. Y mientras una se pregunta “¿cuándo hemos normalizado el discurso furry?”, la discusión se enfoca en una esquina: Pepe Le Pew no va a salir en la secuela. La mofeta de Looney Tunes ha sido acusada de banalizar la cultura de la violación en numerosas ocasiones y su única cabida en la nueva “Space Jam” parece ser en una escena que involucra a Lebron James y una orden de alejamiento. ¿Quién se podía imaginar que una de Lebron y Bugs Bunny iba a ser la película más controvertida del año? 2021 viene fuertísimo. ∎

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