Música de terapia. Foto: Matthew Tammaro
Música de terapia. Foto: Matthew Tammaro

Entrevista

Bria Salmena: “Uso las canciones para liberarme de las malas experiencias con que lidio en cada momento”

Habíamos oído a Bria Salmena en FRIGS, en el proyecto de (per)versiones Bria, en la aventura techno God’s Mom, pero todo parece indicar que nunca habíamos oído a la verdadera Bria Salmena. Todo lo anterior fue solo un entrenamiento para “Big Dog”, un primer álbum a su nombre con el que ha encontrado su propia voz y aprovechado el arte para dejar atrás todo lo que no le convenía a nivel personal.

“Big Dog” (Sub Pop-Popstock!, 2025) se anuncia como el álbum de debut de Bria Salmena, pero la página de la artista en Discogs nos recuerda que ella no es ninguna recién llegada. Ya se hizo escuchar en los post-punk FRIGS y, sobre todo, Bria, su proyecto de versiones heterodoxas de repertorio americana con el multinstrumentista Duncan Hay Jennings, que dio pie a un par de EPs memorables: volumen uno y volumen dos. También había explorado sus raíces italianas y las turbias catarsis del dark techno en God’s Mom, proyecto compartido con Andrew Matthews de WHIMM.

Si nos guiamos por los comentarios de la artista, “Big Dog” es el disco que realmente llevaba toda la vida queriendo hacer, una personal síntesis de influencias casi contrarias (es rock y es pop y suena claustrofóbico y suena fácil de imaginar en estadios) desdoblada en ejercicio de autoafirmación. Canciones rotundas, interpretadas con voz de nueva expresividad, sobre sentirse rechazado (“See’er”), usar el cuerpo para transformar la rabia en algo positivo (“Rags”) o recuperar el poder en una situación (“Peanut”).

“Hammer”, vídeo dirigido por Matthew Tammaro y Rebecca Cianfrini.

¿Qué dirías que separa a “Big Dog” de todo lo que has hecho antes?

Es, definitivamente, mi trabajo más personal. Antes de este lanzamiento, había estado metida sobre todo en bandas, y todas tenían una identidad propia que marcaba la forma de componer. En los discos de “Cuntry Covers” no tocaba, obviamente, temas propios. Para este proyecto tuve que averiguar cuál es mi sonido y pude escribir mis letras más vulnerables.

¿Hablarías de los EPs “Cuntry Covers” como campos de entrenamiento, como intentos de ver qué clase de trajes sónicos y modalidades vocales te podían sentar bien?

Realmente sí. Con esos discos pudimos probar rasgos y características de producción que teníamos en mente para el material original. Para cuando hicimos el segundo ya tenía compuestas muchas canciones de “Big Dog”, pero seguíamos cultivando estas versiones, grabando temas que nos gustaban con instrumentaciones y procesamientos que pensábamos que podrían sentarles bien. Y si a una canción de Mary Margaret O’Hara le iban bien, quizá también funcionarían con alguna de las mías. Trabajar en ese proyecto ayudó, además, a que nos sintiéramos cómodos experimentando.

¿Con qué canción pensasteis “de acuerdo, este es el sonido”?

Esa canción fue “Closer To You”. Recuerdo que cuando le dimos forma, Duncan y yo pensamos “de acuerdo, lo tenemos”. Marcó el camino a nivel sónico y durante mucho tiempo creímos que sería el single principal. Después, conforme componíamos, dimos con otras que aún reflejaban mejor nuestras intenciones.

“Cuando me piden que etiquete el álbum, no sé qué decir. Es la pesadilla de mi vida. Como has dicho, tiene muchos sonidos diferentes. Duncan Hay Jennings y yo somos fans del krautrock, que era una influencia inicial en FRIGS”

El disco podría catalogarse como electro-pop-goth-rock y ni siquiera así acabaríamos de aglutinar sus diferentes estilos y tonalidades. Por ejemplo me encanta “Drastic”, que tiene un pulso krautrock cercano a Neu!

Cuando me piden que etiquete el álbum, no sé qué decir. Es la pesadilla de mi vida. Como has dicho, tiene muchos sonidos diferentes. Duncan y yo somos fans del krautrock, que era una influencia inicial en FRIGS. Pero tampoco es que quisiéramos que esa canción sonara como algo krautrock. Solo queríamos que fuese una experiencia circular y ensoñadora.

Algunos temas recuerdan a la Sharon Van Etten de “Remind Me Tomorrow” (2019), que mezclaba sus esencias más roots con sintetizadores.

He estado escuchando bastante su último disco; hay muchos temas ahí que me parecen realmente buenos. Al comienzo de mi veintena estuve muy enganchada a “Serpents” (2012), que me inspiraba mucho. Por aquel entonces estaba tocando mucha música folk y tratando de averiguar cómo dar el cambio a algo más rock.

En el nuevo disco puedes pasar de material muy contundente a algo tan suave como la country “Twilight”.

La tocamos mucho en directo cuando estábamos de gira con los discos “Cuntry Covers”. Queríamos empezar a espolvorear el material original. Cada vez que la tocábamos, la gente me preguntaba después si era una versión o no. Parece que gusta mucho. En realidad, la mayoría de estas canciones, si no todas, se compusieron primero con guitarra acústica. Después el trabajo era trasladarlas al mundo electrónico. Pero con algo como “Twilight” el mejor acompañamiento era la acústica.

Un diario de canciones. Foto: Matthew Tammaro
Un diario de canciones. Foto: Matthew Tammaro

Está muy bien situada en el tracklist, a modo casi de paréntesis, pero creo que la secuenciación no es tu arte favorito.

En otras ocasiones he estado más encima de eso, más encima de todo. Pero después de acabar de grabar “Big Dog” me sentía exhausta. Y cuando llegó la hora de secuenciar, después de mezclar, dije que no podía más, que ya había dado suficiente de mí misma y que me interesaban más las interpretaciones de otra gente. El resultado se basa, ante todo, en el flow sónico.

Meg Remy, de U.S. Girls, ayudó en la producción vocal del álbum. ¿Puedes explicarnos en qué consistió su trabajo?

He trabajado antes con productores, pero no con una que estuviera centrada en un elemento. Cuando le propusimos a Meg producir el disco, ella prefirió hacer solo la parte vocal, que es donde cree que tiene más autoridad. Hicimos un montón de preproducción. Cuando estábamos grabando la instrumentación, apareció en el estudio con todas mis letras impresas en fuentes inmensas. Bastante terrorífico, si quieres que te diga la verdad. Repasamos significados, aspectos de la interpretación… Fue muy interesante. Cuando grabamos, fue útil tener cerca a alguien que conociera bien las canciones y supiera lo que significan personalmente para mí. Le conté todos mis secretos y ella después me guió a través de todo el proceso.

Este es menos un disco en solitario que uno hecho con nuevos colaboradores adicionales, como la citada Remy o Lee Ranaldo, que aporta su guitarra a “See’er”. ¿Cómo lo fichaste para la aventura?

No lo hice, se encargó mi mánager (ríe). Recuerdo haber pensado: “Sería muy guay que Lee tocara en un tema”. Ni siquiera recuerdo cómo ni cuándo nos pusimos en contacto en él. Todavía no le he conocido en persona. Habíamos pensado en, quizá, pagarle un vuelo a Toronto, o ir nosotros a Nueva York, pero nos dijo: “Puedo hacer algo ahora mismo en casa”. Cuando nos envió los stems, alucinamos, simplemente. Creo que llevó esa canción a la siguiente dimensión.

“He trabajado antes con productores, pero no con una que estuviera centrada en un elemento. Cuando le propusimos a Meg Remy, de U.S. Girls, producir el disco, ella prefirió hacer solo la parte vocal, que es donde cree que tiene más autoridad”

Uno de los temas recurrentes a lo largo del disco es la necesidad de dejar atrás todo aquello que no te beneficia. Un poco como hacer el método KonMari, pero con el alma. ¿Compusiste las canciones en ese estado mental?

Son canciones escritas en épocas diferentes de mi vida. Se escribieron a lo largo de cuatro años. Durante ese tiempo, pasé por muchos cambios personales. Hay grupos de canciones. Sé que compuse temas como “See’er”, “On The Line” o “Stretch The Struggle” durante los mismos tres, cuatro meses, y sé muy bien qué cojones estaba pasando entonces. Las canciones son conversaciones que tengo conmigo misma y la mayoría son sobre liberarse de cualesquiera que fueran las experiencias con las que lidiara ese momento. Dejar atrás ciertas cosas, en general. Pero hay un tira y afloja en eso; en algunos temas parece fácil hacerlo, en otros ya no tanto.

Has dicho que compusiste “Rags” en respuesta a tu necesidad de validación externa. ¿Has conseguido dejar atrás ese vicio? ¿O que estemos casi obligados a estar en redes sociales lo complica en exceso?

Conforme avanzo en mi carrera y me hago mayor, empiezo a sentirme más cómoda conmigo misma. Confío en mí misma y en mi expresión, en mi proceso. No me importa ser cool o ser la tía más dura del mundo. Cuando estaba en la veintena me esforzaba mucho en ciertas cosas y ya no lo hago, lo que relaja y libera bastante. Pero esta industria sigue basándose en las cifras y me resulta inevitable, porque soy humana, pensar en números de reproducciones o seguidores o likes. Es difícil aislarse de esa clase de barómetros. Día tras día me recuerdo a mí misma que no debo preocuparme de lo que no puedo controlar. Me siento afortunada porque haya gente a la que le importa lo que hago. Tengo buena salud y vivo en un país donde no están cayendo bombas cada día. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados