girl in red tiene todo eso que tienen las artistas revelación de este año: es un poco excéntrica, un poco naif, algo sarcástica y banaliza sus propios sentimientos a través de letras que expresan tanta camaradería como honestidad. Caótica, frágil, profunda y desorganizada: en ella impera el libre albedrío. Desde su primer sencillo, “i wanna be your girlfriend”, lanzado en 2018, Marie Ulven ha construido un legado de canciones que exploran la identidad, el amor y los desafíos de crecer como una joven queer en un mundo que, a menudo, no es lo suficientemente inclusivo.
Ahora mismo está en su mejor momento. El año pasado teloneó a Taylor Swift en varias fechas de su “The Eras Tour” norteamericano. Este año, publicó una colaboración con Sabrina Carpenter tres meses antes de que la segunda lanzara uno de los discos más esperados de 2024. Ulven tiene buen ojo o muy buena suerte, pero este crecimiento no viene ligado, necesariamente, a la plenitud de su protagonista. “I’M DOING IT AGAIN BABY!” (Columbia-Sony, 2024) es su segundo largo, en el que lleva su música a un territorio más divertido, juguetón y, como ella misma lo describe, “el más auténtico de su carrera hasta ahora”. En esta época dorada, sin embargo, le da tiempo a reflexionar sobre sus miedos más profundos, pues Ulven tiene un síndrome del impostor que vive en rotación con su autoestima. Así, su nuevo trabajo narra la volatilidad de su confianza a la vez que se ríe un poco de esta problemática: “I’M DOING IT AGAIN BABY!” es caótico y desordenado porque su principal finalidad es ser divertido. Y una puede divertirse, perfectamente, riéndose de sus propias desgracias.
girl in red llegará a Barcelona por primera vez el lunes 16 de septiembre, presentando su segundo álbum en el Sant Jordi Club. De SoundCloud a Glastonbury, Ulven ha aprendido a gestionar sus expectativas y frustraciones dentro de una industria que a veces puede ser invasiva y fugaz. Con una producción más grande y teatral que en giras anteriores, la noruega está girando por todo el mundo a la vez que aprende a gestionar la compatibilidad de su overthinking con el juicio que supone ser un personaje público. A cambio y paradójicamente, entrega su álbum más extraño, una fantasía de art folk hiperinstrumentada de estructura anárquica.
“I’M DOING IT AGAIN BABY!” salió hace cinco meses. ¿Crees que tu percepción del disco ha cambiado desde entonces? Me refiero a algo que pensases del álbum en ese momento, pero que ahora ya no piensas.
No sé, quizá no tanto en ese sentido. Pero sí, ahora que he tocado las canciones en directo he llegado a ver a la gente reaccionar de formas diferentes durante el concierto. Así que, sí, realmente no puedo recordar lo que he dicho al respecto antes, pero definitivamente creo que es divertido y cambiante poder tocarlo en directo y verlo en el mundo real. Algo influye, supongo.
Has dicho que este es tu trabajo más divertido hasta la fecha. ¿Crees que eso se corresponde con tus sensaciones una vez publicado, o con el tour empezado?
Sí. Diría que mis directos siempre han sido muy enérgicos y divertidos, pero ahora soy mucho más teatral e inquieta que antes. Esas vibraciones, en este tour, se han multiplicado: tengo una producción más grande, con más elementos de sorpresa. Siento que el álbum ya fue bastante sorpresivo, así que el directo se corresponde.
Entonces, ¿“I’M DOING IT AGAIN BABY!” te ha ayudado a conectar con la versión más segura de ti misma?
Sí y no. Tuve muchas dudas a la hora de hacer el disco, pero también encontré algo de autoestima perdida. Aun así, la autoestima es algo muy volátil: es algo que a veces no está ahí o que se va igual que ha venido. A veces me sentí conectada a un exceso de confianza y otras veces no. Siempre soy así: a veces me siento bien conmigo misma y a veces no. Muchas veces me sentía una impostora. Estoy haciendo nueva música ahora: cuando escribo algo que me gusta, me emociono, y cuando escribo algo que no, siento que no sé hacer nada.
¿Cómo curas tu síndrome del impostor en los momentos compositivos en que aparece?
Creo que de repente empiezo a hablar negativamente a mí misma como “oh, Marie, apestas, no sabes hacer nada”. Yo soy muy autocrítica, pero intento ser más consciente de eso, pararlo a tiempo y no hablarme así. La conclusión es que tengo que seguir haciendo música sin miedo a fracasar. No puedes tener miedo a fracasar cuando te dedicas a algo creativo.
El año pasado teloneaste varios conciertos de “The Eras Tour”, la gira mundial de Taylor Swift. En tu nuevo disco tienes un tema con Sabina Carpenter, que ha sido la revolución musical del año. ¿Es un arma de doble filo colaborar con artistas de público tan masivo? Es decir, ¿crece tu síndrome del impostor a mayor visibilidad?
La verdad es que no. He conseguido grandes oportunidades a lo largo de estos años, pero de ninguna manera tengo todos los ojos en mí como sí los tienen ellas. Sí que he sido capaz de conseguir mucha atención a través de eso hacia mi música, pero siento que estoy bajo llave en cuanto a atención se trata.
Aun así, si yo cometo un error en mi trabajo se entera mi jefe y poco más. En el tuyo, se enteran todas las swifties…
Sí, desde luego, si no crees en ti mismo y la gente habla mal de tu música… eso afecta a cualquiera. Pero tienes que creer en ti misma. Sé que ha habido mucha gente a la que no le gustó mi nuevo álbum, pero creo que a veces la gente no entiende lo que quieres. Si no lo entienden, tal vez es porque no lo hiciste lo suficientemente bien, pero otras es porque no les gusta lo que quieres decir o porque simplemente no lo entienden. Pero si estás contento, es todo lo que puedes hacer. No puedes dejar que la gente te derribe. Cualquier artista que la gente ama hoy en día ha recibido un montón de mierda. “Short n’ Sweet”, por ejemplo, es el sexto disco de Sabrina. Su álbum es bastante raro, un poco peculiar, la gente no se ha enganchado a ella de inmediato. Pero eso es porque ella estaba adelantada a su tiempo. Y entonces la gente se dio cuenta de que era realmente genial. Sí, a veces los artistas tienen que ser raros porque son los que dan forma a la cultura y esas cosas. Y creo que es difícil hacerlo si te afecta mucho que la gente te juzgue.
Hablando de Sabrina, me parece particularmente divertido la forma que tienes de introducir su estrofa en “You Need Me Now?”, que es un poco caótica, un poco improvisada. También en “Phantom Pain” hay un momento de gritos, ultradesordenado. ¿Qué te ha hecho emplear tus recursos en una producción más caótica?
Cuando estaba haciendo el álbum esas fueron las cosas que me divertían. Realmente solo pensaba en hacer cosas que no fuesen tan jodidamente profundas: algo que simplemente me divirtiera. Ahora veo a un montón de otros artistas, como Chappell Roan o la propia Sabrina, que han hecho lo mismo que yo: ir al estudio a divertirse. Ellas bromean mucho en sus canciones, hay mucha camaradería en sus letras.
¿Crees que esta nueva generación de cantantes y compositoras está creando una nueva forma de componer más irónica y liviana? Como que, de algún modo, os alejáis de esa escritura seria, dramática y profesional que se os ha exigido como mujeres…
Definitivamente creo que las mujeres están teniendo su gran momento ahora mismo en la industria musical. Casi todas las grandes artistas del mundo son mujeres. Obviamente también hay artistas masculinos, pero creo que las mujeres son más libres para divertirse, tomar una dirección más creativa y no ser solo productos de la industria. Así que, sí, es la era de las mujeres artistas.
Quizá ahora nos podemos permitir burlarnos de nuestros propios sentimientos, y antes no tanto.
Sí, yo también me estaba burlando un poco de mí misma con “Phantom Pain”. Me divierte el hecho de que a veces te vuelves un poco loca cuando te enamoras de alguien pero ni siquiera lo conoces. Me parece paródico. Aunque siento que soy más sarcástica ahora, con canciones que todavía no he publicado. Ya veremos.
La primera canción del disco, “I’m Back”, habla de volver a la música, pero también de volver a una vida anterior de la que ya no formabas parte. Así que la pregunta es: ¿por qué te fuiste?
Creo que la canción suena como si volviera con un nuevo álbum, pero es más como si volviera a mí misma. Físicamente no me fui a ninguna parte, pero mentalmente me sentía como si me hubiera perdido un poco. Nunca había sabido quién era, no tenía sentido de mí misma, así que quería volver a encontrarme con mis pasiones o lo que quería ser como persona.
¿Cuándo crees que demuestras más tu autoestima, con un tema como “Pick Me” a piano y voz o con canciones como “DOING IT AGAIN BABY”, más caótica y rara pero arropada por mil capas instrumentales?
Ambas requieren diferentes tipos de confianza. Se necesita confianza para ser capaz de hacer una canción como “DOING IT AGAIN BABY!”, porque es muy extraña, tiene cuatro líneas de bajo diferentes. Yo solo me divertía, pero mucha gente estaba como “¿qué coño es esto?”. Pero “Pick Me”, por ejemplo, es una canción más frágil, y por eso se necesita mucha fuerza para poder abrirse.
En todo este proceso de hacer un álbum, perderse y volverse a encontrar, ¿cuál es el aprendizaje con que te quedas?
Creo que he aprendido a que quiero planificar con más antelación y quiero estar más a cargo de mi proyecto. Este es el primer álbum que saqué con Columbia Records, mi primera vez trabajando con un sello importante. Tienes que adaptar tus expectativas a la realidad. De cara al futuro, quiero tomar más la iniciativa, ser menos autocrítica, juzgarme menos. Y luego quiero, simplemente, trabajar. Todo el rato, para no dejar nada para el último minuto, que es como funciona esta industria. ∎