Cachorra del “In Rainbows” (2007) de Radiohead, Nilüfer Yanya viene a sumarse a una larga tradición de artistas ingleses que dan la vuelta al pop-rock y lo retuercen con voluntad de hacerlo algo libérrimo, radicalmente personal y tan líquido estilísticamente como los tiempos que corren. Paradójicamente, tras un álbum debut de coartada casi conceptual –“Miss Universe” (2019), sobre la obsesión moderna de que otros saquen la mejor versión de nosotros mismos a través de la autoayuda–, su continuación –“PAINLESS” (ATO-[PIAS] Ibero América, 2022)– cuenta con un cancionero quizá más homogéneo. Lo que no cambia, eso sí, son unas canciones que gravitan hacia sus dos pilares de influencia: por un lado, las melodías del rock alternativo de los 90, y, por otro, la energía lírica y musical del pop-punk de los dosmiles (aquí hay un par de pistas que recuerdan a los primeros Bloc Party, y ella reconoce inspirarse en t.A.T.u. en “belong with you”).
“PAINLESS” es hijo del confinamiento. Yanya escribió “L/R” y “The Mystic” a principios de 2020 y luego estuvo un año sin grabar nada más. “Creativamente, me sentía bastante atascada. Solo quería hacer más música, cualquier música. Lo único que tenía claro es que quería que el centro de todo fuese la guitarra”, explica la londinense en una llamada por Zoom. El bloqueo del escritor la golpeó tan fuerte como a todos los que nos vimos encerrados entre cuatro paredes de la noche a la mañana. “No sentía el deseo de crear cosas. Pero, a la vez, era consciente de que la música es lo único que me hace sentir como lo que soy, no tan perdida en este mundo. La pandemia fue una época en la que todos andábamos muy perdidos, no sabíamos qué estaba ocurriendo y hacia dónde íbamos. Cuando no hago música no tengo nada que me mantenga los pies en el suelo. La necesitaba, pero me faltaba la motivación”, reconoce. Las cosas empezaron a cambiar cuando Will Archer (Sudan Archives, Jessie Ware), productor de “PAINLESS”, se sumó al proceso en la primavera de 2021 y, casi del tirón, salió medio álbum. “Todo empezó a regresar a la normalidad de una manera muy natural. La música volvía a ser algo con lo que disfrutar. No era una tarea”. Poco a poco, se añadieron a la aventura otros amigos y aliados: Bullion, Jazzi Bobbi y Andrew Sarlo (Big Thief). Fue precisamente ese espíritu de colaboración lo que acabó desbloqueando el proyecto: “Al principio del proceso le daba muchas vueltas a todo. El confinamiento nos volvió a todos bastante obsesivos, pero en el estudio de Will creo que nos centramos debido al hecho de tener un espacio designado para trabajar”.
Una de las diferencias más notorias entre tus dos álbumes es que mientras que el primero contaba con un concepto detrás de todo, en este las canciones hablan por sí solas y de una manera más clara. ¿Sentiste que todo ese enfoque conceptual era una carga para ti?
Tenía claro que no quería hacer otro disco así, no le veía sentido. A la vez, nunca entendí ese disco como conceptual. Hay una historia y una narrativa, sí, pero las canciones no nacieron de ese concepto. Llegaron de manera separada y luego yo las ligué con la idea de “Miss Universe”. No fue un disco conceptual real, pero sí que sentí que forcé un poco la situación para convertir al álbum en algo que no era. Así que decidí no volver a seguir por el mismo camino.
En tu música, aunque seas una artista solista, hay un fuerte sentido de la colaboración. Pero es cierto que en el pasado te preocupaba bastante el hecho de que la cooperación pudiese impactar negativamente en la individualidad de tu música. ¿Cómo te aseguras de que tu música sea genuina, de que Nilüfer Yanya siga siendo un proyecto solista?
Es difícil responder a esa pregunta porque en primer lugar tendría que saber qué es lo que significa ser genuino. A veces pienso que es algo muy importante y a veces creo que nada es genuino de verdad. Hay momentos en los que pienso que la música que creas, ya sea por tu cuenta o con otras personas, puede ser simplemente buena por sí misma, sin la necesidad de tener esa consideración de genuina. En el pasado algo que me preocupaba mucho es que las personas que tenía a mi alrededor antepusieran sus ideas a las mías. Cuando estás empezando en la música y eres mujer y joven, te rodean de grandes productores, de gente con ideas muy potentes, y piensas que van a interferir en tus propias ideas. No necesariamente de mala manera, sino simplemente que van a hacer que esa canción sea diferente, más suya que tuya. Me asustaba mucho todo eso cuando era joven. Ahora, si noto que algo es apropiado y si hay una genuina conexión entre las personas que están creando esa música, me parece bien. Ya no tengo tantas reglas cuando colaboro.
¿El título del álbum es una especie de comentario sobre el cliché de crear arte y sufrir por el camino?
Hay mucho alrededor del título. Creo que es interesante, al menos para mí, porque no se puede hablar de la falta de dolor sin hablar del dolor. Todo esto gira en torno a la idea de una vida sin dolor hacia la que imaginamos que nos dirigimos. Al menos en mi caso. Cuando pienso en mi futuro, a varios meses vista, intento no prever los problemas, sino imaginarme que las cosas fluirán perfectamente. Nunca ocurre, pero en mi caso trato de bloquear ciertas emociones. De eso trata estar vivo y querer no sentir las cosas demasiado. Es una manera de enfocar las cosas y ver cómo navegamos a través de nuestra rutina adormecida. Si sientes demasiado, es imposible lidiar con tus actividades diarias y ser exitosa de la manera en la que la gente se imagina el éxito. Creo que puedes seguir en este estado adormecido hasta que algo te coja por sorpresa. A la vez, también era un juego de palabras sobre cómo la gente piensa que el trabajo es creativo. En mi caso, crear “PAINLESS” estuvo libre de dolor y sufrimiento, no sentí que forzara nada. Hay veces que se cree que algo tiene que ser difícil para que sea bueno, pero si estás siempre en ese estado de estrés no serías capaz de crear nada.
No hay tema titular, pero sí creo que “midnight sun” funciona como una especie de pieza central, una canción cuya letra resume un poco la idea presentada en el título del disco. Es también uno de tus temas más oscuros y con un rollo más trip hop.
Después de completar la primera tanda de canciones con Will, los dos nos fuimos a Cornualles porque quería ver qué tipo de música nos saldría en un lugar diferente al habitual. Ahí me tocó el instrumental de “midnight sun” y me encantó. Me recordó a algo con energía nostálgica, casi como si fuese algo de country americano. Me hizo preguntarme si esa era mi música, pero decidí seguir adelante con ella.
Tus padres cuentan con importantes lazos con la música y el arte en general. ¿Crees que todo esto es algo que se hereda genéticamente o que se aprende por el camino?
La creatividad y la música están dentro de todos nosotros. Pero luego te puedes rodear de gente que está dispuesta a que explores esa inquietud de una manera más profunda. Eso ayuda, está claro. Que me hayan animado a ser creativa desde bien pequeña solo me ha ayudado en muchos sentidos. Sentí que tenía todo el tiempo del mundo para dedicarme a ello y no dejarlo de lado como algo que no es real o serio. Estoy muy agradecida por ello.
Lo que está claro es que eres muy consciente de tus raíces turcas. Ya te fuiste a Turquía para grabar uno de los vídeos de tu primer disco y ahora tocas el saz –instrumento de cuerda turco– en “L/R”.
Explorar mis raíces y mi identidad cultural es como un viaje. En el pasado dudaba sobre si crear una canción con saz, pero ahora pienso que está guay. Me encanta la manera en que se solapa mi identidad cultural con la música que hago. Creo que una cosa alimenta a la otra. Está claro que no soy muy buena tocando este instrumento, que me prestó mi padre. La afinación es muy difícil, lo que más cuesta. Siempre he pensado que es una cura de humildad aprender de cero a tocar un instrumento. A simple vista, el saz se parece mucho a la guitarra, pero en realidad es muy diferente.
Hay una imaginería muy potente y constante en tu música, en tus vídeos y hasta en la portada del disco, como las alas de ángel del flamenco rosa. ¿Qué hay detrás de todo esto?
Es divertido para mí explorar cosas que no esperaba que acabasen en la portada. Pero cuando estaba haciendo el collage pensé que se veía bien. Lo que me gusta de esa imagen es la sensación de fantasía y de libertad, una idea que creo que todo el mundo puede entender, pues es bastante universal. También hay un componente de escapismo frente a la dura realidad, algo bastante necesario hoy en día, cuando tenemos pocos momentos para evadirnos.
Siempre has tratado con sentimientos profundos en tu música, pero lidias con ellos a través de imágenes abstractas y metáforas. ¿Es tu manera de sortear tu timidez?
De algún modo es darle la vuelta a la timidez, sí. Hay cosas que de una manera directa no diría, pero si las pongo en una canción y a través de una imagen es más factible para mí, aunque no sea real. Creo que no hay una línea clara entre la persona que eres y que dice cosas y la que las hace. Puedes ser muy tímido en un ámbito pero muy combativo en el otro. La música y las imágenes me ayudan a ir hacia delante y evolucionar como persona, además de hacerme salir de mi zona de confort.
Al principio de tu carrera se te ofrecieron algunos proyectos sospechosos vinculados al pop mainstream, pero los rechazaste para empezar una carrera como artista independiente y solista. Ahora que algunas estrellas del pop están haciendo cosas geniales y rarísimas, ¿te imaginas cómo sería tu vida como estrella del pop o es algo que no ha estado nunca en tu radar?
Nunca lo ha estado, nunca ha sido una opción. Aunque quisiese no podría ser una estrella pop, no sería muy buena. Para mí lo más importante es hacer la música, escribir la música, hacer las cosas físicamente con mis manos. Si eres una estrella pop tienes que actuar más y todo eso lo encuentro un poco estresante, además de que no se me da demasiado bien. Quizá en un mundo paralelo (risas). No soy una entertainer.
En tu agenda, además de Coachella, uno de los festivales más grandes del mundo, está programada una gira por salas, incluyendo tres fechas en España en octubre: Barcelona (28), Madrid (29) y Valencia (30). Y también hay que sumar tu participación en Bilbao BBK Live el 7 de julio. ¿Cómo ha cambiado en todo este tiempo tu siempre complicada relación con el directo?
Estoy muy agradecida de volver a salir de gira y subirme al escenario, especialmente con estos últimos dos años que hemos tenido. Es un privilegio como artista poder hacer esto. Quizá en el pasado pensaba que siempre estaría ahí, pero la pandemia ha demostrado que te lo pueden quitar en cualquier momento. Así que girar se ha vuelto más especial para mí. A la vez, también creo que he aprendido a tomármelo de una manera más relajada, a no estresarme. Al fin y al cabo, es solo un concierto. ∎