Skrillex estuvo sentado, durante un par de años, en el trono de la fiesta y los festivales: su EP “Scary Monsters And Nice Sprites” (2010) –que toma su nombre del álbum de David Bowie “Scary Monsters (And Super Creeps)” (1980)– fue el que puso en el foco al estadounidense. La canción que daba nombre al trabajo fue utilizada, dos años más tarde, para la banda sonora del filme de Harmony Korine “Spring Breakers” (estrenada en 2013 tras su paso por festivales en 2012), al que también resulta curioso echar un vistazo con la perspectiva que otorga el tiempo.
“Tighten Up”, de The Black Keys, o “… Baby One More Time”, de Britney Spears, son otros de los temas que suenan en la película y que, quizá a día de hoy, encajan más con los parámetros sonoros asociados a la primavera: sin embargo, esos pocos resquicios de pop estaban prácticamente sepultados bajo una banda sonora en la que predominaban Gucci Mane, Waka Flocka Flame y el propio Skrillex, junto a los paisajes ambientales de Cliff Martinez.
Así, hace una década, la asociación musical del sol y las altas temperaturas le pertenecían a ese new-EDM sincopado que causó tanta controversia en su momento como el trap un lustro más tarde. Si han cambiado los productos culturales asociados a la primavera, estación en la que hemos entrado esta madrugada, quizá también lo haya hecho la concepción colectiva de esta: con esa escena tan focalizada en un espacio-tiempo concretos, parece mentira que el término generacional no se haya puesto de moda antes para hablar de música. ∎