Se cumplen hoy 30 años del suicidio de Kurt Cobain, y cuesta eludir el impacto que “Smells Like Teen Spirit” tuvo a todos los niveles –sobre los fans de la música, el business y la propia redefinición del rock alternativo–, pero canciones como “Rape Me” alcanzan, en el giro feminista cultural de los últimos años, muchísimo sentido. Sentido y sensibilidad, la que el líder de Nirvana mostró hacia la causa feminista y las orientaciones sexuales no normativas o la discriminación racial; su mandato a posibles fans homófobos, misóginos o racistas (“no vengáis a nuestros conciertos ni compréis nuestros discos”) se alzaba como desafío en una década sobrada de testosterona, prejuicios, violencias. Musicalmente, ambos temas están hermanados por la progresión de acordes inicial. Tiene sentido. Es el mismo Cobain guitarrista de “Smells Like Teen Spirit”, porque si bien “Rape Me” formó parte del último disco en estudio de la banda –“In Utero” (1993)– fue compuesta en la época previa a la salida de “Nevermind”, en la primavera de 1991.
Como single final de “In Utero” –compartiendo cara A con “All Apologies”– y epitafio a la postre del trío, fue publicado el 6 de diciembre de 1993, con “Moist Vagina” como cara B. Por increíble que parezca en el mundo de hoy, atestado de lanzamientos, “Rape Me” fue una canción polémica antes de ser publicada incluso, y sufrió la censura por parte de la entonces todopoderosa MTV. “Rape me / rape me, my friend / rape me / rape me again” fue una estrofa por la que el propio Cobain tuvo que dar infinitas explicaciones, que podrían resumirse en su preocupación por la violencia contra las mujeres y la firme creencia en el karma. “Vale, viólame, pero ya tendrás tu merecido, cabrón”, es lo que el artista parecía querer decir. Así se lo explicó al periodista David Fricke en la revista ‘Rolling Stone’, pocos meses antes de su muerte. Tori Amos la encontraba “desafiante”, en el sentido en que la exhortación a la violación, partiendo de la víctima misma, era retadora con respecto al victimario.
Con un riff constante, en segundo plano, durante el verso, Cobain se sitúa en segundo plano guitarrístico –lo que siempre quiso ser, guitarrista rítmico– al tiempo que el tema va alternando la voz limpia y el estribillo rugoso, furioso hacia el final, en el que el batería Dave Grohl le da réplica. “Rape Me” fue mutando desde su composición original, en un apartamento de Los Ángeles, hasta la grabación definitiva, donde la banda introduce un revelador puente que bifurca la semántica de la canción. Versos como “my favorite inside source / I’ll kiss your open sores / appreciate your concern / you’re gonna stink and burn” apuntan al acoso mediático y la podredumbre de la fama. Se puede escuchar el llanto de la entonces bebé Frances Bean Cobain en esta demo de la canción, publicada en el boxset “With The Lights Out” en 2004. ∎