Canción del día

Ice Spice

Gimmie A Light2024
Bombástica.
Bombástica.

Si vas por la calle y te encuentras con un Range Rover de color rosa emanando una nube de humo blanco de su interior quizá lo primero que piensas es que algún publicista sigue quemando dinero en la campaña de marketing de “Barbie” (Greta Gerwig, 2023). Pero si acotamos la ubicación del vehículo a las calles del Bronx te será más fácil empezar a adivinar que la llamativa acción no puede ser sino una promoción del nuevo tema de la ídolo local, Ice Spice.

Así es como la neoyorquina calentó hace unos días el estreno de “Gimmie A Light”, tras haber anticipado el track en la pasada edición del festival Coachella. Bajo la mano de este viene la promesa de su álbum de debut, “Y2K”, que verá la luz este curso. Aunque seguramente no es la noticia más sorprendente que ha protagonizado Isis Naija Gaston recientemente, ya que hace apenas un mes se supo que la rapera hará su primera aparición cinematográfica nada menos que en el próximo joint de Spike Lee, una reinterpretación de “El infierno del odio” (1963), de Akira Kurosawa, con Denzel Washington acompañándola en el reparto.

Y de reinterpretaciones va, de hecho, este sencillo. Aupado por un sample de “Gimme The Light”, el tema de Sean Paul que allá por 2002 se convirtió en todo un himno en el distrito de la propia Ice Spice. La producción de RiotUSA –indispensable para entender el estrellato de la rapera– es de lo más remarcable de una canción que casa el drill con el dancehall, el Bronx y Jamaica, el ahora con esos dosmil que dan estética y título al disco. Por su parte, la intervención de Ice Spice viene cargada de dos sospechosos recientes: frases como “I’m Miss Poopie like I need a diaper” redundan en obsesiones escatológicas –su anterior sencillo, “Think U The Shit (Fart)”, tiene el curioso honor de ser la primera canción que contiene “pedo” en su título y entrar en el Top 40 del Billboard Hot 100–, mientras que ese flow gritón, aquí más que nunca, empieza a sonar demasiado usado. Uno no puede evitar pensar que Flo Milli o Diany Dior habrían manejado con más originalidad los contrastes que propone una base como esta –el riddim cannábico del sample ahogado en ese bajo hipersaturado–, jugar más con esas desavenencias rítmicas en lugar de poner el Range Rover rosa a 200 km/h e ir chocando contra barandillas y bocas de incendios. Vale que la del Bronx, hasta el momento, ha hecho de su homogeneidad estilística una virtud, pero un primer largo agradecerá algo más de variedad. Dicho esto, ¡que alguien le dé fuego! ∎

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